Mítines y declaraciones. Elena Valenciano manifiesta que el PSOE es el único partido que puede sacar a España de la crisis. ¿Cuántas veces hemos oído esa “buotade”? Frente a tamaña ocurrencia se deben recordar los hechos. La crisis económica mundial empieza el mes de julio de 2007, con la caída de dos “hedge fund” en EE.UU. Aunque había una notable ralentización en la actividad económica y el mercado inmobiliario mostraba cierta fatiga, el cambio de tendencia se acentúa en España en el otoño de 2008, con Zapatero en La Moncloa. En menos de tres años, aumenta el paro en más de 2,5 millones de trabajadores y el superávit presupuestario español se convierte en el mayor déficit público de la Unión Europea, por encima de Grecia. Tras subir impuestos y poner en marcha planes que se estrellan contra la realidad, el presidente Zapatero anuncia que no va a presentarse a la reelección y convoca elecciones anticipadas que son ganadas por el PP con mayoría absoluta. Con semejante pasado no entiendo cómo Valenciano dice lo que dice. Por si había alguna duda, hay que recordar que Rubalcaba era la mano derecha de Zapatero en el Gobierno cuando España entró en recesión. O Valenciano considera que hay una epidemia de amnesia entre los españoles o repite slogan sin reflexionar.
Por su parte, Mariano Rajoy sale en defensa de Arias Cañete, al considerarlo el candidato mejor preparado para representar a España en el Parlamento europeo, por su experiencia en Bruselas. Como siempre, para Rajoy es más importante guardar la ropa que nadar. Estuvo callado a ver si pasaba la polémica del machismo y, por fin, salió a la palestra. El presidente del Gobierno insistió en que es inútil el voto a los partidos pequeños. Me extraña extraordinariamente que el líder de un partido que tiene una holgada mayoría en el Congreso de los Diputados, y preside el Gobierno, se acuerde de los partidos pequeños en los mítines de las elecciones europeas. Dada las diferencias ideológicas y la lejanía de los electorados, está claro que no hace la advertencia pensando en IU. Como Rajoy habla con las encuestas en la mano, algún movimiento telúrico tiene que estar produciéndose en el mapa electoral español para que vea una amenaza en grupos que hasta ahora fueron muy minoritarios o decididamente minúsculos. En cualquier caso, jamás el líder de un partido tan poderoso gobernó con la vista puesta en el retrovisor.