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Juan Neira

LARGO DE CAFE

EL PP Y SUS CIRCUNSTANCIAS

En el penúltimo día de campaña los partidos apuran sus opciones con los argumentos preferidos por cada grupo. En Avilés, Mercedes Fernández mostró las ventajas que tiene votar a su partido, al decir que “hay que estar donde se parte el bacalao para barrer para casa”. El PP, desde su doble condición de partido de gobierno y miembro de uno de los dos grandes grupos parlamentarios de la Eurocámara, va a estar en centros decisorios, sin duda alguna. Un razonamiento interesante, el esbozado por la presidenta de la organización asturiana, pero no decisivo, porque muchas veces –demasiadas- los grandes partidos no estuvieron a la altura de sus responsabilidades.

Como todos los partidos, el PP se juega muchas cosas en las urnas del domingo. La cita puede ser aburrida y carente de interés para un amplio porcentaje de ciudadanos, pero para los aparatos de los partidos son transcendentes. Ganar por goleada sería un éxito, algo así como si Rajoy volviera a renovar su mayoría absoluta a través de la urna europea. Perder ante el PSOE, aunque fuera por un solo escaño, sería un desastre y el inicio de la decadencia. De producirse la victoria “pepera” por una corta distancia, ni el PP ni el PSOE saldrían especialmente beneficiados o perjudicados de la jornada electoral. El traspié de Miguel Arias Cañete aumenta la incertidumbre y la victoria ajustada, que Rajoy adelantó a un selecto grupo de caballeros encorbatados de grandes empresas, no está garantizada.

En Asturias, las urgencias de la organización regional del PP son otras. El partido está muy débil y cuarteado por luchas de camarillas. Especialmente en Gijón, donde la dinámica perdedora de la organización ha derivado en una jaula de grillos. Entre la gestora, la gestora de la gestora, el grupo municipal y la base agraviada, la jerarquía se ha quebrado y puede organizarse un motín, como ocurre siempre que la marinería intuye que se ha perdido el rumbo. La carta de la gestora amenazando con aplicar los estatutos a los que no colaboren como interventores en las mesas electorales cayó como una bomba entre la militancia. Una metedura de pata descomunal. El resultado del domingo puede precipitar los acontecimientos. La idea de celebrar un congreso tranquilo, ganado por la oficialidad, es pura quimera. Y falta por conocer cuál será la respuesta de Madrid, si los resultados son chirriantes. Todo esto ocurre por dejar que se pudran los conflictos

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por JUAN NEIRA

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