La Ley Orgánica de Abdicación del Rey fue aprobada por una amplísima mayoría del Congreso de los Diputados, gracias al apoyo del PP, PSOE, UPyD, Foro y Unión del Pueblo Navarro. Los grupos a la izquierda del PSOE votaron en contra; se abstuvieron nacionalistas vascos y catalanes, así como Coalición Canaria y Odón Elorza, ex alcalde de San Sebastián, militante socialista y hombre que siempre tuvo una especial habilidad para convivir con el nacionalismo radical vasco. Las intervenciones respondieron a lo esperado, incluyendo el numerito del portavoz de Amaiur (tenía la pantalla del televisor a varios metros de distancia y me pareció que tenía un gran parecido físico con De Juan Chaos), y los carteles de IU reclamando “referéndum ya”. Como entre los diputados de IU estaba Gaspar Llamazares, me hubiera gustado preguntarle cómo logra encajar la consulta popular en la Constitución, porque vulnera el artículo primero de la misma.
El próximo martes se votará la ley en el Senado y dos días más tarde tendrá efecto la ceremonia de proclamación del nuevo Rey, Felipe VI, en presencia de diputados y senadores. Con más imprevisión de la que se merecía el traspaso de poderes de Don Juan Carlos de Borbón a su hijo, la sucesión está ya encauzada, sin embargo, la inestabilidad política en España aumenta. La dimisión de Pere Navarro, secretario general de los socialistas catalanes, ahonda en la crisis abierta en el PSOE. Desde el inicio de la democracia nunca había pasado por una situación tan crítica el socialismo español. Tras la debacle de las elecciones europeas, han dimitido Rubalcaba, Patxi López y Pere Navarro. En el terreno de las renuncias se debe añadir la negativa de Susana Díaz a ponerse al frente del partido, cuando los principales dirigentes del mismo, desde Felipe González y Zapatero, hasta los líderes autonómicos, la habían propuesto para el cargo.
Con independencia de las preferencias ideológicas, los problemas del PSOE repercuten en todos nosotros, ya que hasta ahora fue una organización clave en la articulación territorial de España. Lo mismo cabe decir del PP. Las luchas internas y el desapego ciudadano pueden llevar a los socialistas a jugar un papel distinto al que ha desempeñado hasta ahora. La dimisión de Pere Navarro crea las condiciones para que el órgano máximo del socialismo catalán, que se reúne el fin de semana, dé un giro en su línea política y apoye la consulta soberanista.