Pedro Sánchez, nuevo secretario general del PSOE (no será confirmado en el cargo hasta que el congreso socialista refrende lo expresado por la militancia en las urnas el pasado domingo), se reunió con Javier Fernández, como presidente autonómico socialista y líder de la organización asturiana. Tras la entrevista el presidente del Principado subrayó la importancia de mantener la unidad y la integración, adelantando que, como secretario general de la FSA, va a trabajar por ese objetivo.

Se abre una nueva etapa en el PSOE, porque al relevo de personas se une un cambio de trayectorias y procedencias. Lo mismo ocurrió cuando llegó Zapatero al cargo de secretario general. Pedro Sánchez no es un delfín de Rubalcaba. Como reiteradamente declaró, en la batalla para granjearse el apoyo de los afiliados socialistas, su socio, asesor y compañero fue el coche que le sirvió para recorrer España visitando las agrupaciones. Llegado el momento en que la dirección de Rubalcaba, con Eduardo Madina como miembro de ella, puso obstáculos a los planes de Susana Díaz, Pedro Sánchez tuvo la astucia de visitar a la presidenta de la Junta de Andalucía y establecer una alianza táctica que le valió para ganar por un amplio margen. Dentro de ese movimiento interno, la FSA y Javier Fernández quedaron ubicados en la otra orilla, aunque no lo reconozcan explícitamente. Hubo un momento en que Susana Díaz parecía que iba a luchar para convertirse en el relevo de Rubalcaba, tras forzar su dimisión al conocerse el resultado de las elecciones europeas. Casi todos los secretarios de las federaciones salieron a la palestra para dar su apoyo a la lideresa andaluza, menos Javier Fernández y Guillermo Fernández Vara, que guardaron silencio. En plena campaña de las primarias, Pedro Sánchez visitó a Asturias, siendo recibido por Jesús Gutiérrez. A los tres días, llegó Eduardo Madina a Pola de Laviana, y allí estaba la jefatura de la FSA para escuchar su discurso. El domingo, en las urnas, Asturias fue la comunidad autónoma en que Pedro Sánchez obtuvo un porcentaje más bajo de votos. Como en la rula, Susana Díaz y Pedro Sánchez no preguntan, apuntan.

A la hora de escoger caballa ganador, me fío sobre todo del instinto de Antonio Trevín: primer asturiano en dar su apoyo a Zapatero y Pedro Sánchez. María Luisa Carcedo también respaldó a Pedro Sánchez, así que me inclino a pensar que Eduardo Madina planteaba problemas ocultos al público.