El Consejo de Administración de la RTPA vive su enésimo embrollo. Un buen día, desde la televisión que pagan todos los asturianos y controla la mayoría en el poder (PSOE-PP), se mostró una fantasmal encuesta sobre intención de voto en la que las expectativas electorales de Foro quedaban por los suelos. En la información no aparecía la ficha técnica del sondeo –ni falta que hacía-, y los consejeros del partido de Álvarez-Cascos quedaron tan sorprendidos como irritados. A petición de Foro el asunto se iba a tratar en una reunión del consejo de administración, pero el presidente del ente, el ex senador socialista, José Antonio Alonso, suspendió la reunión arguyendo que tiene dudas sobre la legalidad de la misma, al entender que ya se aprobó la reforma de la RTPA, y procede que la cuestión sea tratada en el nuevo consejo de administración que se forme de acuerdo a la nueva ley.

Cualquier observador puede percibir que José Antonio Alonso utiliza una disculpa ante la imposibilidad de ofrecer un argumento. Mientras no se constituya un nuevo consejo, el actual sigue en posesión de todas sus competencias. En caso contrario se produciría un vacío de poder que no sólo afectaría al consejo de la RTPA sino a los órganos de gestión de cualquier ente público reformado. La RTPA, como Sedes o la Zalia, no puede quedar ni un día sin un órgano, legalmente constituido, que encarne la titularidad jurídica. Se puede decir que el actual consejo de la radio y televisión pública está “en funciones”, pero eso no va en menoscabo de sus facultades, ya que entre sus funciones está la celebración de reuniones para tratar los asuntos presentados, en tiempo y forma, por los consejeros.

El bloque en el poder, el socialismo gobernante y el PP colaboracionista, tienen muy claro que las pautas que rigieron, hasta ahora, en la televisión oficial deben cambiar. Se ha pasado de elegir un director por mayoría reforzada a nombrarlo con el voto de la mitad de los diputados más uno. El cambio también tiene que percibirse en el consejo de administración, y para ello nada mejor que impedir un debate que deje sus vergüenzas al aire. En el lapso de tiempo que falta hasta las elecciones autonómicas, se busca que la RTPA reproduzca fielmente el modelo informativo que premia el Principado en los medios de comunicación asturianos: la permanente adulación del poder, sin temor a incurrir en lo grotesco.