>

Blogs

Juan Neira

LARGO DE CAFE

LA FICCIÓN DEL GOLPE DE ESTADO

Mariano Rajoy continúa adelante con su proyecto de elección directa de alcaldes, pese al rechazo radical de la nueva dirección socialista de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno no quiere que los alcaldes salgan investidos a través de pactos entre partidos, sino por la preferencia de los ciudadanos expresada, sin intermediarios, en las urnas. El sistema que baraja Rajoy distingue entre los casos en que un candidato obtiene el 40% de los votos, lo que llevaría, automáticamente, a ocupar la Alcaldía, y el supuesto en el que todos los candidatos hubiesen quedado por debajo de ese umbral de sufragios, dando paso a la celebración de una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados.

Adriana Lastra, miembro del “deam team” de Pedro Sánchez, a la par que diputada en la Junta General del Principado, manifestó que el proyecto de Rajoy es “un golpe de Estado en la base de la democracia”. Que yo sepa, todos los golpes de Estado atacan la base de la democracia, así que de tanto buscar un titular llamativo acabó por incurrir en pleonasmo. Si quería decir algo fuerte bastaba con hablar solamente de golpe de Estado, aún a riesgo de caer en el descrédito, porque optar por un método de elección de alcaldes similar al de otros países europeos no tiene nada que ver con asaltar el poder por la fuerza bruta. A Adriana Lastra le gustan los juicios hiperbólicos; sin querer disculparla, me temo que ese defecto se extiende al equipo de Pedro Sánchez, ya que en las primeras entrevistas del nuevo líder socialista se le apreció cierta tendencia a las valoraciones maximalistas.

El supuesto golpe de Estado de Rajoy está inspirado en los programas con que acudió el PSOE a diversas citas electorales. Adriana Lastra manifiesta su fe en el “sistema proporcional que da la voz a las minorías”. Precisemos. El sistema electoral proporcional no da exactamente la voz a las minorías, sino que se le da a los grupos políticos, hurtándola a los ciudadanos, y dando licencia para que los partidos minoritarios –con menor apoyo ciudadano- vendan su apoyo a los alcaldables a cambio de alcanzar cuotas de poder a las que nunca tendrían acceso por los votos recibidos. Perversión sobre perversión. Ahí tenemos el caso de Roberto Sánchez Ramos (IU), en el Ayuntamiento de Oviedo, que con una modesta cuota electoral tiene casi tanto poder como el alcalde de la capital. En vez de hablar de golpes de Estado, mejoremos el Estado.

Temas

por JUAN NEIRA

Sobre el autor