En el discurso inaugural de la Feria de Muestras, Javier Fernández, tras explicarnos los límites de la recuperación económica, en versión Rajoy, hizo, inesperadamente, una llamada al resto de fuerzas políticas para aprobar los presupuestos del Principado de 2015, sobre los que no sabíamos nada, porque todavía no había nada. Esta semana, la consejera de Hacienda adelantó que el techo de gasto de las cuentas será de 3.529 millones. Dolores Carcedo renovó el llamamiento del presidente, precisando que convocaba al acuerdo a todas las fuerzas políticas, sin exclusiones.
Los socialistas saben que consensuar presupuestos en otoño, a unos meses de la apertura de las urnas, es intentar cuadrar el círculo. Nadie quiere pactos con el Gobierno, porque toca sacar pecho como oposición. Es hora de criticar, no de acordar. Al Principado le toca exhibir sus logros y a la oposición airear sus alternativas.
RECHAZO
Digámoslo por adelantado: las partidas de Javier Fernández no sumarán 23 votos en el Parlamento y los presupuestos serán rechazados. No habrá lugar a la discusión sobre enmiendas parciales. A veces, la política es así de dura, y bien lo sabe el presidente que organizó desde la oposición un bloque granítico, con 15 diputados del PSOE y 10 del PP, para derribar las cuentas de Cascos.
¿Por qué tanto afán en pedir apoyos si conoce el resultado? El Gobierno socialista necesita teatralizar la oferta de acuerdo, justo lo que le faltó hace un año, cuando empezó la negociación sin ninguna ilusión, con el gesto vencido, impregnado de fatalismo, esperando cumplir con el trámite, hasta lograr que la oposición se uniera en el rechazo.
El Gobierno quiere mostrar que le anima una inequívoca defensa de los intereses generales, y que la oposición responde con politiquería. Los presupuestos no importan, lo que vale es la apariencia, porque de ella dependen los votos.
Los antiguos socios de Javier Fernández, IU y UPyD, tienen las mismas razones que hace un año para decir que no. Está presente el engaño de la reforma electoral y la repetición de las cifras. Me anticipo a decir que las partidas serán casi idénticas a las presentadas hace un año, porque el límite de gasto se superpone y el actual Gobierno tiene querencia a hacer y decir siempre lo mismo. En cuanto a Foro, ha sido tratado siempre como un apestado por el Gobierno y eso no se olvida. Queda el PP, como único posible socio del Ejecutivo. Cherines haría cualquier cosa con tal de apuntalar a un Gobierno que impide el paso de Cascos, pero no está en condiciones de dar luz verde a las cuentas socialistas y ponerse, luego, a recoger votos conservadores.
JAVIER, JOSECHU, MASIP
En definitiva, que el Gobierno juega su papel, sin pensar en las cifras y con la mirada puesta en los comicios. A ellos se prepara el PSOE con las elecciones primarias. Primero quitemos halo al misterio: Javier Fernández será candidato a presidente. Concita tantos apoyos dentro del PSOE como falta de entusiasmo. Un gobierno de espectadores para una región de mirones. El presidente carece de sustituto y los cargos públicos socialistas se resignan a apoyar a quien tiene más posibilidades de apuntalarlos en el poder. Todo es así de gris, las emociones se reservan para Pedro Sánchez.
En Gijón, el candidato del aparato es José María Pérez, en perjuicio de Santiago Martínez, que quedará como secretario general de los socialistas gijoneses con derecho a un hueco en la lista autonómica. Un cambio de nombres que indica cómo valora la FSA la oposición hecha por Martínez Argüelles a la alcaldesa Carmen Moriyón.
En Oviedo, Antonio Masip rompió los tacticismos y se lanzó al ruedo de las primarias. El aparato de la AMSO empuja a Wenceslao López a recoger el guante. Y desde el Principado se busca un catedrático o médico, alto, guapo, joven, rico y socialista, que venza a los dos citados. Se admiten currículos.
Con estas cosas entre manos nadie se toma en serio los presupuestos.