El intento del PP y Foro de hacer comparecer a Javier Fernández todas las semanas en la Junta General del Principado ha fracasado, porque no fue apoyado por los otros grupos de la oposición ni por los socialistas. Al Congreso de los Diputados acude Rajoy cada siete días para contestar a todo tipo de preguntas de los grupos parlamentarios, pero al presidente del Principado sólo se le pueden plantear cuestiones cada tres semanas, aunque a veces el trámite se alarga y comparece una vez al mes. Si se quiere activar la aletargada Cámara autonómica, una buena medida sería copiar los usos y costumbres del Parlamento central, pero ni el PSOE ni IU ni UPyD están por la labor.

Los antiguos socios de Javier Fernández, IU y UPyD, propusieron que el presidente rindiera cuentas cada quince días; Aurlio Martín, portavoz de IU, considera que en caso de acordar sesiones semanales se le acabaría preguntando por cosas menores (“por caminos”) que no son adecuadas para una interpelación al presidente. El portavoz de IU califica de “punto de encuentro” la cita quincenal, por ser un término medio entre tres semanas y una semana. Bonita excusa para despachar un asunto de esta importancia. Que yo sepa, la comparecencia semanal de Rajoy no ha derivado en debates anecdóticos, así que puede estar seguro Aurelio Martín que el peligro en la Cámara asturiana no es que se hable de asuntos de poca monta, sino que las cosas importantes sean silenciadas. Nada mejor que reducir el número de plenos para cubrir con un manto de silencio los asuntos transcendentes. Los subterfugios del portavoz de IU fueron respaldados por Ignacio Prendes (UPyD) que consideró muy sensata y razonable la propuesta. Dando un sentido plenamente burocrático al Parlamento, el diputado del partido rosa considera que las preguntas al presidente no pueden alterar la dinámica de reuniones y comisiones de la Cámara. Así que ya sabemos todos que tiene prioridad una reunión de trabajo de siete u ocho diputados sobre el sueldo que deben cobrar, que preguntar al presidente por su clamoroso silencio ante el anuncio de la suspensión de la autopista del mar. Lo primero urge, lo segundo puede quedar para después de San Mateo, cuando la naviera ya haya retirado el barco.

Entre las ganas que tiene Javier Fernández de dar explicaciones en el Parlamento y la prisa que se dan IU y UPyD de reclamar su presencia, el control del Ejecutivo brilla por su ausencia.