Los datos correspondientes al 30 de junio de este año indican que la deuda del Principado es de 3.402 millones de euros, lo que representa el 15,9% del PIB. Doce meses antes era de 2.683 millones, así que la deuda crece a un ritmo del 21% anual. Todos tranquilos, que sigan tocando los violines sobre la cubierta del buque que no pasa nada. ¿Y por qué no ocurre nada? Muy sencillo, porque la deuda media de las comunidades autónomas no está en el 15,9% del PIB, sino en el 22,3%. Sólo tres gobiernos (Madrid, Canarias y País Vascos) deben menos que nosotros. Un razonamiento destinado a los lerdos, ya que cuando los acreedores nos reclamen la devolución de las deudas no va a servir de consuelo que haya otras autonomías insolventes. Corremos en dirección al acantilado y unas cuantas regiones nos preceden en la huida loca hacia la catástrofe. El Gobierno asturiano no tiene ninguna reserva sobre la evolución de la deuda. Todavía no nos presentó una previsión sobre el control de la misma, en la que podamos observar que a partir de determinado momento inflexiona la curva ascendente del endeudamiento, así que dentro de un año habremos cruzado el umbral de los 4.000 millones. Y cuando llegue ese momento, también dirán que no ocurre nada, porque nuestros vecinos están peor que nosotros.

De esa forma pensaban los socialistas en Castilla-La Mancha, y en seis años evolucionó su deuda de 2.500 millones a 12.341. Ahora ya trabajan, principalmente, para pagar intereses bancarios. Sin solución de continuidad esa región pasó de construir un aeropuerto fantasmal, con una pista apta para que aterrizara el Airbus A-380, el mayor avión comercial del mundo, a dedicar sus mejores energías en pagar a los bancos. Como nadie escarmienta en cabeza ajena, hacia esa posición nos encaminamos los asturianos. Se va a cumplir una de las obsesiones de IU: que crezca el presupuesto. No será para satisfacer necesidades sociales, sino necesidades bancarias. Quedará menos dinero para los servicios públicos, porque habrá que dotar de recursos al ente administrativo que tiene más futuro en el Principado: la Consejería de la Deuda.

Antes de acabar, quiero felicitar, sinceramente, a la Generalitat catalana, porque al día siguiente de la victoriosa Diada nos enteramos de que la deuda de Cataluña ha superado, por fin, el umbral de los 60.000 millones. Anda ya por los 61.836 millones. Bravo, Mas, ahora sí que sois independientes.