El presidente del Principado anunció que este mes entrará el proyecto de presupuestos en la Cámara. Javier Fernández se declaró dispuesto a negociar con todos los grupos parlamentarios, aunque señaló que objetivamente las mayores dificultades para el acuerdo se dan con el PP. ¿Es más factible el pacto con Foro que con el PP? ¿El presidente dice que hablará con todos, pero no contempla negociar con el partido de Cascos? ¿Continúa la práctica democrática de Javier Fernández de no tener en consideración al principal partido de la oposición? No sé si objetivamente la cosa con el PP está muy verde, pero a lo largo del último año los únicos acuerdos importantes del Gobierno socialista fueron con ese partido.
Javier Fernández distingue entre pactos presupuestarios y acuerdos sobre créditos extraordinarios, porque aunque los dos sirven para movilizar recursos, sólo en los presupuestos se incluyen disposiciones sobre tributos. Fernández, en una novedosa distinción, considera que los créditos no tienen ideología, porque gastar en carreteras es igual para los grupos de izquierda que de derecha. El presidente va más lejos y nos deja una cita impagable: los créditos no tienen ideología, tienen geografía. Dos asuntos encadenados que no tienen desperdicio. Claro que los impuestos constituyen uno de los reductos del debate ideológico, pero es un disparate considerar neutral el gasto público. ¿Dar más o menos dinero para salario social no es una opción ideológica? ¿Permitir que la gente más necesitada tarde 16 meses en cobrar el salario social es fruto de una decisión ideológica o de un déficit informático? Por cierto, ahora que hablamos de ello, me animo a anunciar para dentro de unos meses una gestión relampagueante del salario social, sin periodos de espera para los solicitantes, porque en mayo hay elecciones. Tras los comicios, si el Gobierno repite mandato, volverán a colgarse los ordenadores.
Los créditos extraordinarios tienen geografía, dice el presidente. Me encantó la metáfora. Me atrevo a continuarla: tienen más geografía política que física. Basta ver cómo fue el reparto de las inversiones, tras el acuerdo entre Javier Fernández y Mercedes Fernández: dinero para construir o aclimatar piscinas, casualmente situadas en la cuenca minera, en Oviedo o en Llanera. Pura geografía política. Prueba de ello es que a Gijón le tocaron cero euros de los créditos PPSOE.