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Juan Neira

LARGO DE CAFE

LA RUPTURA DEL PRIMER CONSENSO

La expulsión del Soma de José Ángel Fernández Villa, José Antonio Postigo y la hija de este, Patricia, así como los despidos laborales de varios familiares que trabajaban en el Montepío y Mutualidad de la Minería, lleva a plantear algunos interrogantes. ¿Es el Montepío el garbanzo negro del Soma? ¿Estamos ante un lamparón en el impecable traje del sindicato minero?
La presidencia del Montepío tuvo una amplia capacidad de disposición para construir el macrogeriátrico de Felechosa, equipamiento que concita todas las sospechas, pero también la tuvo la dirección del Soma sobre los cursos de formación o las becas de los fondos mineros, o en las obras realizadas desde los ayuntamientos controlados por el sindicato con la doble militancia, socialista y somática, de alcaldes y concejales. Se podría revisar la lista de hijos, hermanos, primos y cuñados de dirigentes del Soma y del PSOE que entraron a trabajar en empresas creadas con los fondos mineros. A la hora de reclutar personal, tanto en el Montepío como en las empresas, o en los ayuntamientos, lo primero, la familia.
¿Cuántos afiliados más está dispuesto a expulsar del Soma la actual dirección del sindicato? José Luis Alperi y la cúpula del sindicato trabajaron codo con codo con Villa durante muchos años. Alperi no era un opositor de Villa, sino el hijo amado del legendario líder. La actual dirección del Soma la puso Villa, a dedo, desde donde compartieron políticas, métodos y estatus.
PARTE MÉDICO
Villa abandonó el cargo de secretario general del Soma en septiembre de 2013, sin que se le organizara un homenaje, algo extrañísimo en una organización tan dada a las ceremonias. El pasado 27 de junio, tras una consulta de neurología, obtuvo un certificado médico que decía, “no veo honestamente a este paciente capacitado para hacer frente a cualquier tipo de interrogatorio”. Ningún certificado médico hace mención a interrogatorios o a partidos de tenis, a no ser que lo pida el interesado. Villa se parapetaba en los galenos para evitar las preguntas de la Fiscalía Anticorrupción. Algo extraordinario estaba pasando.
El 7 de octubre, tras recibir Javier Fernández en su despacho al ministro del Interior, saltó la noticia del dinero regularizado por Villa al acogerse a la amnistía fiscal del Gobierno de Rajoy. Al día siguiente, Javier Fernández interrumpió su agenda para realizar una comparecencia pública en la que anunció la expulsión de Villa del PSOE; José Luis Alperi, a la media hora, con los mismos argumentos del presidente del Principado, echó a Villa del Soma.
NÁUSEAS
Javier Fernández tenía el semblante compungido, y los cortesanos interpretaron que había pasado una noche horrible, con náuseas provocadas por las prácticas corruptas. El gesto no podía ser fingido, pero sin duda estaba motivado por la preocupación que le causaba tomar una decisión con respecto a Villa.
Borrar a Villa del partido, del sindicato, de Hunosa, de la lista de vecinos ilustres de Langreo, etcétera; su degradación política, sindical, humana, abrió una dinámica nueva en la Asturias desde la transición. La amnistía fiscal de Villa y Postigo no es el único pliego oculto de la clase política asturiana.
En nuestra región, debido al estilo impuesto por Rafael Fernández, primer presidente autonómico, siempre hubo un consenso implícito para que la lucha política no provocase daños a los políticos. Los jueces se sumaron a la idea. La Asturias oficial se asentó sobre esta premisa. La discreción de nuestros representantes en su vida privada, la evitación del lujo, la aparente austeridad en sus formas de vida, ayudó a que no surgiesen escándalos. Durante décadas, la actuación más ruidosa provino de un alcalde que cruzó una rotonda por el medio, al volante del coche oficial del Ayuntamiento. Javier Fernández forzó su dimisión.
El tratamiento dado a Villa rompe el consenso originario, y las capas tectónicas de la política asturiana se mueven, aunque todavía no sintamos las vibraciones del terremoto. Al líder minero no se le dio una salida y el gato acorralado se convierte en tigre. La decisión de Javier Fernández abre una dinámica imprevisible, quizás con resultados catastróficos para la propia familia socialista, a no ser que el propio presidente, en la noche de las náuseas, haya calculado con todo detalle las consecuencias de los zarpazos. Aviso: padecer síndrome confusional no significa haber perdido la memoria.
DEPURACIÓN
FSA y SOMA continúan el proceso de depuración oficial en torno al Montepío. En otras regiones españolas la purga la encabezan jueces y los fiscales, pero aquí desde los centros del poder se pide apoyo a la Fiscalía anticorrupción (así lo hizo el Soma en el Montepío). Por primera vez en muchos años, la FSA marca la línea al Sindicato Minero.
La proliferación de rumores, mezclados con noticias ciertas, indica que hay tensión en el ambiente, en la calle, en los partidos, en la comisión de investigación del “caso Villa”, en las redacciones de los medios. Aquí cerca, los hombres de gabardina con cuello subido y sofisticado instrumental en su maletín, han alquilado un piso. La irresponsabilidad de los máximos responsables puede hacer que Podemos no tenga que derribar una muralla, sino pasar por encima de los escombros. A mí que me registren.

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por JUAN NEIRA

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