Una vez elegidos los secretarios generales de Podemos en los municipios, el partido de Pablo Iglesias inicia el proceso para elegir secretario general regional. Para entendernos, el líder del partido en toda Asturias, llamado a representar el mismo papel que Javier Fernández en el PSOE, Mercedes Fernández en el PP o Manuel González Orviz en IU. Como se hizo a nivel nacional y a escala municipal, se abre un periodo hasta el día próximo día veinte para presentar candidaturas, luego habrá dos semanas de campaña y, a continuación, los inscritos en el partido podrán participar en la elección votando por internet.
El guion oficial parece que va a ser modificado por una negociación entre los diversos sectores que conforman la organización de Podemos, de manera que la confrontación electoral será sustituida por el éxtasis del consenso. Nada de luchas internas, unidad en torno al candidato único. La puesta en escena de la pluralidad queda para mejor ocasión, porque toca poner sordina a las diferencias y cerrar filas ante el resto de partidos. Así actúan los partidos de la casta, negando a los afiliados de base la posibilidad de elegir entre varias opciones, limitando su papel a la función borreguil de votar o aplaudir a un candidato impuesto por los aparatos o las elites del grupo. Lamentable. Hace un par de meses, Pablo Iglesias y Pablo Echenique estaban en una situación similar, pero en vez de reunirse en una sala para fabricar el balsámico consenso, dieron la oportunidad a los cientos de miles de personas inscritas en Podemos de elegir entre candidatos y programas, con el resultado conocido. No se entiende por qué en Asturias tiene que ser distinto. ¿Consideran los notables asturianos de Podemos que el proceso de elección municipal ha abierto heridas entre las distintas tendencias y no es momento para nuevas confrontaciones electorales? ¿Les parece que sintonizarán mejor con la ciudadanía ocultando las diferencias internas?
Los afiliados y dirigentes de Podemos son como los de los demás partidos. La dicotomía entre buenos y malos es infantil y ridícula. La suma de ilusiones, ambiciones, esperanzas y luchas de poder se da en todos los colectivos humanos, dentro y fuera de la política. Lo que diferencia a Podemos, como colectivo, es el establecimiento de unos mecanismos internos inexcusables. La renuncia a ellos y la apuesta por un candidato único es el primer paso para integrarse en la casta.