Los potenciales candidatos a la Presidencia del Principado llegan a la cita electoral en la flor de la vida: Javier Fernández y Álvarez-Cascos, 67 años, Gaspar Llamazares y Manuel González Orviz, 57, Francisco Gambarte, 55, Mercedes Fernández, 54, e Ignacio Prendes, 50. La media de edad de los candidatos es de 58 años. Otros asturianos en cargos importantes como Gabino de Lorenzo, Álvarez Areces e Isidro Fernández Rozada, cumplirán este año los 71. El abogado y diputado Ovidio Sánchez intentará renovar el escaño con 63. En una región tan envejecida, como es Asturias, es normal que sus representantes políticos no sean veinteañeros, pero así como en otros trabajos la retirada anticipada es norma, en la política sucede lo contrario: con el paso de los años surgen las verdaderas oportunidades.

La experiencia es un valor. Casi podríamos decir que la experiencia es un componente obligado de la sabiduría. Todos los citados aprendieron muchas cosas que ignoraban de jóvenes. ¿Están ahora más preparados para gobernar? Antes de contestar a este interrogante, constatemos que no siempre fue así. En Asturias, no hace muchos años, hubo presidentes de gobierno de menos de cuarenta años (De Silva y Trevín) y otros que no llegaban a los cincuenta (Rodríguez-Vigil y Sergio Marqués). Sin embargo, en las últimas décadas se produjo un fenómeno que podríamos llamar, “tapón generacional”, consistente en la perpetuación de los mayores cerrando el paso a los que vienen detrás. Un proceso silencioso, paulatino, que cambió las valoraciones de la sociedad, al empezar a etiquetar de “políticos jóvenes”, a gente como Pilar Fernández Pardo o Jesús Iglesias, que son más viejos que Cherines. Una anécdota lo ilustra mejor. Hace tres años, cuando el PSOE perdió la Alcaldía de Gijón, la mirada crítica de los socialistas se dirigió hacia Santiago Martínez Argüelles, fallido alcaldable, para concluir que mejor hubiera sido mantener al frente de la lista a Paz Fernández Felgueroso (un amigo me contó que hasta la ex alcaldesa estaba arrepentida de no haberse presentado). Nadie reparó que Fernández Felgueroso hubiera terminado su hipotético cuarto mandato con casi 78 años. Alcaldesa vitalicia.

La experiencia enseña muchas cosas, pero el futuro se moverá en unas coordenadas muy distintas a las del siglo XX. Cuando un secretario general tiene problemas para mandar un e-mail, mejor dar un paso atrás.