Fin de la campaña en las elecciones Primarias de IU. Los dos candidatos, Manuel González Orviz y Gaspar Llamazares, volvieron a insistir en sus principales argumentos. Llamazares aludió a las encuestas para decir que es el candidato más conocido y valorado, poniendo como ejemplo que los ciudadanos lo estiman por encima, incluso, de Javier Fernández. El diputado asturiano señaló que su liderazgo se basa en el conocimiento y la experiencia. Por su parte, González Orviz, coordinador general de IU, también se refirió al liderazgo, contraponiendo su oferta de liderazgo compartido al hiperliderazgo de su rival. Orviz declaró que no tiene su alma dividida, a diferencia de Llamazares, que milita en Izquierda Abierta y en IU.
Una campaña muy respetuosa, sin acusaciones explícitas y con referencias veladas. Los dos se conocen desde hace muchos años y pelearon en distintas batallas desde la misma trinchera, hasta que las urnas les separaron. La vitalidad de una formación política se puede medir por la pluralidad de opciones, pero en este caso no tengo claro que la competencia entre Orviz y Llamazares sea la mejor alternativa para IU. Creo que se debe más a la falta de diálogo previo que a otra cosa. Ahora bien, el resultado de las urnas será inapelable y subsanará cualquier déficit detectado en el proceso. Con independencia de quién sea el ganador, IU debería mantener y profundizar en algunos hábitos incorporados en los últimos años y que están hoy día muy respaldados por las pautas que rigen en Podemos (otro día hablaremos de la influencia de Podemos en IU y en Pedro Sánchez). Aquellos acuerdos de IU con el socialismo gobernante, decididos por menos de tres personas (tengo dudas sobre si eran fruto de una o dos voluntades) no pueden volver a reeditarse. Las bases de un partido en el siglo XXI no están para refrendar sino para decidir. Por cierto, ¿cuántos militantes de IU están a favor del acuerdo entre Roberto Sánchez Ramos y el alcalde de Oviedo?
Esta semana tuvimos la suerte de entrevistar en Canal 10 (“La Lupa”) a Llamazares y a Orviz. Las entrevistas largas dejan un poso: el sentido común y la reflexión sosegada que hasta hace unos años eran patrimonio de los llamados “partidos de gobierno”, en Asturias se ha desplazado hacia otras formaciones y otros dirigentes, como es el caso de los dos citados. Sin ánimo de provocar, podríamos hablar, en su caso, de la centralidad del discurso.