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Juan Neira

LARGO DE CAFE

LAS OREJAS DEL LOBO

El PSOE quiere que el juez Ruz impute a Cospedal y Acebes en el caso de los papeles de Bárcenas, y la acusación ejercida por Manos Limpias solicita lo mismo para Rajoy Cascos. No lo pide el Ministerio Fiscal, sino el principal partido de la oposición y el sindicato especializado en acusaciones particulares. Es imposible separar el debate político, en la cercanía de las elecciones, de estas peticiones realizadas en la Audiencia Nacional. Hay dos formas de expulsar a los políticos de la vida pública, superándolos con holgura en las urnas o sentándolos en el banquillo de los acusados. Las relaciones entre los partidos políticos se deterioraron profundamente hace ya más de veinte años. El ambiente en la clase política se enturbió en la legislatura de 1993 a 1996, cuando la guerra sucia contra el terrorismo de ETA fue aprovechada por el PP para poner en la picota a ministros y dirigentes del PSOE. Desde entonces no volvieron a recuperarse las buenas relaciones tejidas en los años de la transición, salvo el primer año de Zapatero como líder de la oposición, cuando Alfonso Guerra le puso el sobrenombre de “Bambi”.

Mariano Rajoy no entra en el debate de la corrupción, salvo para reconocer que le hizo mucho daño al PP. El presidente del Gobierno tampoco discute con el independentismo catalán, limitándose a decir que nunca se saldrán con la suya y le pasa la patata caliente al Tribunal Constitucional. El líder del PP sólo quiere hablar de macroeconomía, y calcula las semanas o los meses que tienen que pasar para que la bonanza macroeconómica se traslade a la microeconomía, para que la mejora del empleo no sea una cifra y se concrete en nombres propios, en cientos de miles o millones de nombres propios. Lleva razón Rajoy, la macroeconomía no vota en las urnas, así que mientras el despegue económico no salte de las estadísticas a la calle, el PP seguirá despeñándose en las encuestas. Los dirigentes del PP han salido de la pasividad y el culto al jefe a la dispersión de movimientos (acto involuntario de todos los mamíferos cuando se ponen nerviosos) al conocer los resultados de las urnas andaluzas. No se trata de una encuesta premonitoria, sino del voto de millones de españoles. Si en las elecciones autonómicas y municipales de mayo se repiten los datos, la mayor parte del partido que hoy tiene la hegemonía en el mapa autonómico pasará a la oposición. Igual ese día empieza a ver Rajoy las orejas al lobo.

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por JUAN NEIRA

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