La elaboración de las candidaturas de Ciudadanos en Asturias ha entrado en periodo de prórroga. El calendario inicial señalaba que el pasado martes quedarían aprobadas por la dirección nacional del partido, pero las quejas de las bases de Ciudadanos ante los puestos de privilegio que iban a tener en las listas los ex militantes de UPyD hizo que en Barcelona reconsideran la situación y habilitaran un plazo extra de tres días de reflexión.
El viernes vuelve a Asturias Fran Hervías, secretario de organización y mano derecha de Albert Rivera, para hablar con unos y otros, antes de decidir. La tercera vez en diez días que viene el ejecutivo catalán a Asturias. Llega con un plan debajo del brazo muy detallado. Para empezar se verá con los antiguos “upeydés” a los que informara sobre la lista electoral construida en Barcelona. Luego hablará con las bases de Ciudadanos, reunidas en asamblea, que votarán sobre la propuesta. En caso de no haber acuerdo sobre la misma se negociará improvisadamente otra candidatura, y de no haber consenso, no habrá candidatura de Ciudadanos en Asturias. En la asamblea sólo podrán votar las 130 personas que ya estaban afiliadas en diciembre pasado.
Primero habla con los “upeydés” y luego con los de casa. Si no hay acuerdo con las bases de Ciudadanos no habrá candidaturas. Ciudadanos debería presentar, en cualquier caso listas al Principado y los principales ayuntamientos, siempre y cuando haya afiliados dispuestos a representar al partido en las instituciones. La mejor manera de preparar las elecciones generales en las que Albert Rivera será candidato a la Presidencia del Gobierno (lo anunciarán después de las elecciones catalanas) es haciendo visible la labor del partido en la Junta General del Principado y las corporaciones municipales. Cuando un partido está tan espectacularmente al alza como Ciudadanos, quedarse al margen de un proceso electoral sería un error mayúsculo que ningún dirigente serio puede considerar como alternativa factible.
La cuestión de los militantes con derecho a voto es inexplicable. El secretario de organización distingue entre los que estaban afiliados antes del pasado diciembre y los que se acercaron al partido cuando empezó a crecer con fuerza en las encuestas. Militantes de primera y de segunda. Lo lógico es extender el derecho a voto a todos, que por algo pagan 10 euros al mes, la cuota más alta del abanico partidario.