El conocimiento público de la entrevista entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato, ha originado la reacción de la oposición pidiendo la dimisión del ministro. Para amortiguar el impacto negativo de la noticia, desde el Ministerio de Interior se emitió un comunicado en que se asegura que el encuentro se produjo a petición del ex vicepresidente del Gobierno para tratar un asunto exclusivamente personal, ajeno por completo a la delicada situación procesal que atraviesa.

Las excusas del ministro no zanjan la polémica. Decir que el encuentro tuvo lugar por petición de Rodrigo Rato es una aclaración que sobra. Sólo faltaba que fuera el propio ministro el que quisiera abrir un canal privado de comunicación con un ex dirigente político y ex directivo empresarial que está siendo investigado por el Ministerio Fiscal, la Agencia Tributaria y un juez de instrucción. Aclarar que Fernández Díaz no hizo ninguna gestión para paliar la situación del ex vicepresidente del Gobierno de Aznar tampoco quita trascendencia al encuentro, ya que eliminar la más grave de las hipótesis no implica dar luz verde a la entrevista.

Se mire como se mire, el encuentro en el despacho oficial del ministro equivale a reconocer que se ha tratado de la situación procesal de Rodrigo Rato. Ningún ministro recibe a particulares en la sede del ministerio para hablar de cosas meramente personales. Para eso hay miles de lugares más apropiados. El ministro del Interior es un cargo demasiado importante como para incluir en la agenda de trabajo citas con distintos personajes que desean comentar problemas relativos a su situación laboral, familiar, o que simplemente desean entregarse a la gratificante actividad de charlar con un viejo amigo de sus cuitas personales. La excusa dada es una patraña, y tienen razón los políticos opositores, como el portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, cuando afirma que la opinión pública tiene derecho a saber de qué hablaron. La oposición ha pedido que comparezca Mariano Rajoy para dar explicaciones de la reunión. No creo que el presidente les complazca, pero Jorge Fernández Díaz debería ser consciente del problema que ha creado al presidente del Gobierno con un encuentro tan contrario a la forma de proceder de un ministro. Nunca hubiera creído que nuestro antiguo gobernador civil fuera tan osado.