IU presentó una proposición no de ley en la Junta General del Principado emplazando al Gobierno central a incrementar la inversión en Asturias. Gaspar Llamazares ya había planteado la necesidad de fijar una posición común de las fuerzas políticas asturianas para presionar a Mariano Rajoy. En la proposición venía recogida la petición de suprimir el peaje del Huerna, terminar la variante de Pajares o agilizar el plan de vías de Gijón. Los tres grupos de izquierda y Ciudadanos votaron a favor, el PP se posicionó en contra y Foro se abstuvo. La idea del portavoz de IU es correcta, pero me parece absolutamente vacía y retórica la forma en que se concreta. Una cosa es que el Parlamento sea el sitio de la palabra y otra que los diputados se conformen con formular bellos deseos para que consten en el libro de actas. Los aspectos puramente declarativos forman parte de la actividad de los órganos legislativos, al ser los genuinos representantes de la voluntad popular, pero no se puede caer en el formato de la carta a los Reyes Magos. Sería positivo que, por unanimidad, la Junta General del Principado diese un mandato al Gobierno de Javier Fernández para que negocie determinadas demandas ante el Gobierno central, pero pedir que termine la variante de Pajares o que haga el plan de vías de Gijón no aporta nada. Ni el Ministerio de Fomento se da por aludido ni la sociedad asturiana se siente identificada con una propuesta genérica y retórica.

También es preciso añadir que nuestra clase política antepone siempre las razones de partido a los intereses de la región. Si en Madrid hubiese un gobierno socialista, el grupo de Mercedes Fernández se hubiera sumado a la propuesta de IU, pero como el destinatario es el Gobierno de Rajoy se opone a la misma. Lo mismo sucede por parte de la izquierda, siempre dispuesta a alzar la voz ante los gobiernos de derecha y tan comprensiva con los silencios y dilaciones de sus compañeros cuando mandan en Madrid.

En la Junta General del Principado se rechazó la consideración de una proposición de ley para suprimir el céntimo sanitario. El voto negativo de PSOE e IU y la abstención de Podemos hará que nos resulte más caro que en otras regiones llenar el depósito de combustible del coche. Como nos sale muy barato importar hidrocarburos hay que añadirles un recargo en los despachos. La izquierda siempre fiel a su catecismo: es mejor que el dinero esté en manos del Gobierno que de la sociedad.