Los dirigentes de Foro evitan dar su opinión sobre la oferta del PP de formar una candidatura conjunta para las elecciones generales, remitiéndose a lo que decida hoy la Comisión Directiva. Recuerdan que hay más coincidencias ideológicas con el PP que con el PSOE, aunque reconocen que hay puntos de fricción.
En estas líneas escribí ayer que la respuesta lógica de Foro sería el rechazo a la invitación, porque si un pequeño partido renuncia a competir en las urnas y se conforma con colocar alguno de sus nombres en la lista de uno de los dos grandes partidos nacionales, se abre una dinámica política que conduce a la absorción del grupo pequeño por el grande. Foro se encuentra en una posición de debilidad, por el pésimo resultado obtenido en los últimos comicios autonómicos, así que la confluencia electoral con el PP supone aceptar que el futuro pasa por la integración de sus militantes en el gran partido de la derecha española. Al final del artículo planteaba la sospecha de que Foro aceptaría la oferta de Mercedes Fernández, pese a los peligros que encierra para la organización, aportando como precedente el sorprendente voto dado por los diputados del partido de Cascos a la líder del PP en la sesión de investidura del Principado.
Veinticuatro horas más tarde me reafirmo en esta tesis, ya que en el caso contrario, algún portavoz de Foro habría salido a la palestra para rechazar indignado una propuesta improcedente. A lo largo de la etapa democrática, no hubo en Asturias un solo caso de un partido que le hiciera un ofrecimiento de esa naturaleza a otro grupo con representación parlamentaria cuando faltan cincuenta días para los comicios. Con esto quiero decir que la oferta de Cherines ya venía forzosamente “cocinada” y no ha cogido por sorpresa a la cúpula de Foro. No veo la posibilidad de que la Comisión Directiva rechace la propuesta, porque estamos hablando de un partido muy jerarquizado, donde no consta que haya habido verdaderos debates internos por la toma de las principales decisiones, como fue el intento de tener representación institucional por la circunscripción de Madrid, la participación en las elecciones europeas, la sustitución de Álvarez-Cascos por Cristina Coto en la Presidencia del partido, o el abandono del Gobierno, con convocatoria electoral anticipada (esta última fue la que más daño les causó). La lista común marca el inicio de una nueva etapa para la derecha asturiana.