PP y Foro han llegado al acuerdo de formar una candidatura conjunta para las elecciones generales. De los ocho puestos que constituyen la lista para el Congreso de los Diputados, seis son para el PP, quedando reservados para Foro el segundo y el sexto. De los cuatro candidatos al Senado, el tercero será de Foro. El 75% de las dos candidaturas está integrada por militantes del PP y el 25% restante por miembros del partido de Cascos. Más importante que el porcentaje de nombres son los puestos cedidos para Foro. Salvo catástrofe electoral, Martínez Oblanca, ganador de las primarias de Foro, tiene garantizado el escaño, al ir de número dos en la lista. El sexto puesto juega el papel de mero acompañamiento, sin posibilidad alguna de convertirse en escaño. Aunque en el Senado no se votan listas cerradas, la práctica mayoritaria consiste en elegir los tres primeros puestos de la lista del partido preferido, así que un triunfo de la derecha podría facilitar la entrada de Foro al Senado. De esta forma, el resultado de las elecciones sería semejante al obtenido el 20 de noviembre de 2011, cuando Sostres y Oblanca obtuvieron escaño en el Congreso y en el Senado.
¿Es un acuerdo beneficioso para Foro? Sin duda. Tras el batacazo sufrido en las elecciones autonómicas y municipales, comparecer solos ante las urnas supondría ahondar en la derrota, mientras que ahora puede alcanzar unos resultados semejantes a su época dorada, cuando había en Asturias un gobierno presidido por Álvarez-Cascos. A medio plazo, el gran ganador será el PP, porque el acuerdo electoral crea una dinámica unitaria, de tal manera que dentro de unos años será impensable comparecer ante los electores por separado. Sólo se participa en una coalición electoral cuando se parte de una identidad ideológica y una coincidencia en la estrategia. El discurso crítico hacia el PP carecerá de sentido. Por su parte, al PP asturiano también le vendrá bien la incorporación de cuadros y militantes de Foro, porque el grupo encabezado por Mercedes Fernández es muy débil, con algunas organizaciones, como la gijonesa, que tienen que recurrir a los muertos para las votaciones de los congresos. Entre la apatía, los escándalos y las escisiones, el PP asturiano está en chasis.
Por muy distantes que sean las posiciones de partida, dos grupos pueden entenderse siempre que acepten hacer concesiones: unos hacen una rebaja del 75% y los otros del 25%.