Mercedes Fernández considera que Javier Fernández está en plena huida hacia adelante tras el mal resultado electoral cosechado el pasado día 20. La lideresa del PP asturiano juzga disparatada la intervención del presidente del Principado al barajar una posible moción de censura de la oposición motivada por el rechazo presupuestario. La novedad de los pocos meses que llevamos de legislatura es el nuevo rol de Cherines, como jefa de un partido de derechas que critica duramente las actuaciones del Gobierno socialista. Cuatro años de idilio bipartidista contra Cascos y ahora una dosis de amnesia para que parezca real el antagonismo entre PSOE y PP. Del tándem de los Fernández pasamos a la pugna de los Fernández. Para dar mayor verosimilitud al giro del PP, Foro también viró no sé cuántos grados en la misma dirección. El público que sigue la obra de teatro hace como que no se entera: a comer palomitas y dar las palmas.
Cherines se muestra remisa a votar los hipotéticos créditos extraordinarios que solicite el Gobierno de Javier Fernández a la Junta General del Principado. Dice que no se puede arreglar Asturias por parroquias y que las soluciones parciales, como las contenidas en las prórrogas, son poco serias. La máxima dirigente del PP ve la prórroga como un fracaso añadido. Me gustó mucho su alusión a la imposibilidad de arreglar Asturias por parroquias, porque ella el año pasado, en una negociación reservada con Dolores Carcedo, ultimó una prórroga que arreglaba Asturias con piscinas. El relanzamiento de la economía asturiana se lograba construyendo o climatizando piscinas que siempre estaban ubicadas en ayuntamientos del PP o del PSOE. A Gijón nada, que ya tiene playas. Tenemos la clase política más ensimismada del mundo.
De la comedia al drama: Comité Federal del PSOE, donde se aprobó una resolución que condiciona la negociación sobre la gobernabilidad con Podemos a que este partido renuncie a defender un referéndum de autodeterminación para Cataluña. Los barones autonómicos le cortaron la hierba debajo de los pies a Pedro Sánchez. Hay que felicitar a Javier Fernández y a Susana Díaz, entre otros, por haber apretado las tuercas al secretario general; como la política se hace en nombre de los intereses generales pensando en los intereses individuales, Pedro Sánchez tenía la tentación de firmar cualquier acuerdo que le llevara a La Moncloa para ser el líder indiscutido del PSOE.