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Juan Neira

LARGO DE CAFE

DOBLE TRAMPA PARA SÁNCHEZ

La primera ronda de negociaciones para proponer candidato a la Presidencia del Gobierno terminó con dos golpes de efecto: el paso atrás dado por Rajoy (¿para tomar impulso?) y la propuesta de gobierno de izquierda realizada por Pablo Iglesias, con vicepresidencia incluida para el proponente. Dos iniciativas opuestas que tienen en común percutir sobre la figura de Pedro Sánchez.
El líder socialista quedó descolocado, como lo prueba la salida destemplada de su lugarteniente, César Luena, llamando “antisistema” y “trilero” a Rajoy. Pedro Sánchez llevaba días relajado, disfrutando de la tamborrada donostiarra (gesto amistoso hacia el PNV), sin otro plan en la cabeza que machacar a Rajoy en la sesión de investidura para aparecer, luego, como muñidor de una alternativa de gobierno con grupos “de izquierda y de derecha”. De los tres principales líderes del Parlamento era el único que carecía de plan “B”.
Veinticuatro horas después de la doble sorpresa, la cúpula del PSOE seguía sumida en la perplejidad, al emitir un comunicado de cuatro puntos, con los tres primeros dedicados a decir que le toca ejercer de candidato a Rajoy, y el cuarto abierto a tener conversaciones informales con los líderes sobre la actualidad.
RAJOY
El miércoles empieza la segunda ronda de contactos del Rey con los portavoces parlamentarios; Pedro Sánchez reiterará que debe recaer sobre Rajoy el encargo de presentarse a la investidura. Para evitar el bloqueo, desde el entorno del secretario general del PSOE se desliza que de producirse una segunda negativa de Rajoy aceptarán la responsabilidad de negociar una mayoría de investidura. Otra semana perdida a la espera de que se reúna el Comité Federal del PSOE.
La decisión de Rajoy, de ceder el paso a Pedro Sánchez sin renunciar a ser candidato, está impregnada de filosofía gallega: ubicado en medio de la escalera, nadie sabe si sube o baja. Tomando su fórmula favorita: Rajoy es candidato; o no.
La propuesta le evita un largo y doloroso debate parlamentario, centrado en la corrupción del PP y en la deslegitimación de su figura, y el inevitable varapalo en la votación. Mantener “stand by” su candidatura tiene una lectura interna para que los coroneles del PP se abstengan de conspirar en clave sucesoria. En la rueda de prensa, tras la visita a la Zarzuela, estaban de oyentes Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal, dando ejemplo de unidad.
Lo más interesante de la decisión de Rajoy está en la trampa que tiende a Pedro Sánchez. Rajoy da un paso atrás y se apresta a hundir la alternativa de izquierdas de Sánchez (“para ser presidente no basta con humillarse”). En caso de que el líder socialista fracase en el intento, podrá volver Rajoy como única alternativa a la convocatoria electoral. Si hay nueva cita con las urnas, el PP echará la culpa al PSOE. Esta posibilidad estaría obstruida si Rajoy aceptará ya ser candidato y fuera rechazado por el Parlamento.
PABLO IGLESIAS
El golpe de Pablo Iglesias es propio de un devoto del Juego de tronos. En términos de empresa, puede calificarse de una iniciativa “gana-gana”, porque sea cual sea la respuesta de Pedro Sánchez, Podemos y su líder obtienen beneficio. En los cálculos de la cúpula socialista nunca entraba otra posibilidad que la alianza parlamentaria con Podemos. Y lo que es más hilarante, creían que Pablo Iglesias pondría muy alto el listón de sus exigencias programáticas.
Si Sánchez acepta gobernar con ministros de Podemos, Pablo Iglesias y su gente le robarían todo el protagonismo. En el momento oportuno plantearían cualquier iniciativa social de imposible aceptación por el presidente e irían a las urnas con las carteras de exministros, desplegando las banderas de la única izquierda, liberados de la etiqueta antisistema.
Si Sánchez rehúsa incluirlos en el Gobierno fracasará en su intento de investirse como presidente y ante los ojos de todos los españoles será el responsable de haber malogrado la unidad de la izquierda.
La propuesta de Pablo Iglesias provoca otro efecto añadido, al tensar las relaciones entre Pedro Sánchez y los barones autonómicos. Después de la oferta de Iglesias es probable que los barones y la vieja guardia socialista quieran en el próximo Comité Federal explicitar más aún las líneas rojas para hacer pactos de gobierno, dejando al líder socialista sin espacio para maniobrar.
La llamada del sábado de Pedro Sánchez a Albert Rivera busca aparentar autonomía con respecto a Podemos. No conviene engañarse. Cualquier acuerdo entre Sánchez y Rivera (130 escaños) dejaría al PP como árbitro de la situación. Gobernar con permiso de Rajoy es la peor pesadilla imaginable para Pedro Sánchez.
Se inicia una semana de desgaste con toda la presión situada sobre el líder socialista. Rajoy se coloca entre bastidores, a la expectativa de lo que pueda suceder. Los barones socialistas escrutan hasta el más leve gesto de Pedro Sánchez. Pablo Iglesias demanda respuesta a una oferta de gobierno que desean millones de españoles, porque trae consigo la elevación del salario mínimo, la subida de las pensiones, el relanzamiento de planes de empleo, sin que nadie les haya explicado el coste de tanta alegría.
Difícil disyuntiva para el más decidido, optimista y apuesto de nuestros líderes políticos.

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por JUAN NEIRA

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