La semana que termina no aportó novedades sobre la investidura de presidente de gobierno. Pedro Sánchez no enseñó sus cartas y juega a la posible formación de una mayoría parlamentaria en la que estén implicados todos los partidos con la excepción del PP y los grupos independentistas catalanes.
Restan dos semanas para que presente la oferta definitiva que tendrá unos perfiles mucho más concretos, porque tendrá que escoger entre Podemos y Ciudadanos. En caso de optar por estos últimos, Rajoy y Pablo Iglesias se encargarán de que haya elecciones anticipadas, y el esfuerzo de Sánchez habrá servido para empezar la campaña electoral desde la “pole position”.
Mientras todo esto sucede en Madrid, en Asturias los parlamentarios se desperezan al terminar las reglamentarias vacaciones de invierno. En la primera sesión plenaria de la Junta General del Principado la oposición unida (digo unida y faltaba Izquierda Unida, aunque ese hecho ha dejado de ser noticia) ha conminado al Gobierno de Javier Fernández a presentar un nuevo proyecto de presupuestos. Una propuesta extravagante donde las haya porque no podrán poner muchos ejemplos de un comportamiento semejante.
Es cierto que el debate de los presupuestos fue hurtado por el Gobierno que en vez de defender sus cuentas regionales en la Cámara, retiró el proyecto al ver que había planteadas cuatro enmiendas a la totalidad. Apenas hay precedentes de una actuación semejante. Aun así, no tiene sentido pedirle un nuevo proyecto, porque sólo sirve para perder el tiempo.
CRÉDITOS EXTRA
Si la oposición y el Gobierno quieren que los impuestos recaudados a los contribuyentes sirvan para tirar por la maltrecha economía regional, lo único que tienen que hacer es aprobar créditos extraordinarios. Cuando Cascos era diputado, repetía con frecuencia el dicho de que “no vale la pena llorar sobre la leche derramada”. Ni sobre el presupuesto retirado.
Sorprende la calma del Gobierno, la misma que tuvo en 2014, cuando vio prorrogado el presupuesto de 2013. Gobernar con las cuentas prorrogadas supone retrasar las actuaciones, un efecto que se sobredimensiona con la parsimonia del Principado. Podrían aprender del Ayuntamiento de Gijón, que en una coyuntura similar se ha apresurado a hacer los deberes.
Pero claro, como en ese consistorio los que gobiernan son unos amateur que no tienen ni idea de política, y se dejan aconsejar por los técnicos, y les preocupa retrasar las subvenciones a los colectivos sociales y las inversiones que generan empleo, no sirven de modelo para los profesionales de la política. Estos sí que saben manejar los tiempos. Una expresión que no sé muy bien qué significa desde que Rajoy se mostró como un consumado especialista en la materia: tres años manejando los tiempos con Cataluña y ya hay un gobierno independentista preparado para ultimar la desconexión con España.
A falta de aprobar créditos extraordinarios, el Principado ha mostrado una especial sensibilidad hacia el consumo de tabaco y se ha puesto como objetivo la prohibición de fumar en los coches particulares cuando vayan niños. Me parece muy bien. Aunque dudo porque tengo la impresión de que el Gobierno regional, dentro de sus competencias, tiene cosas más urgentes que regular que la calidad del aire en los coches familiares.
Sin salir del campo de la salud, se me ocurre que las listas de espera de pacientes pendientes de una intervención quirúrgica, una prueba diagnóstica o una consulta con médico especialista, merece la pena una atención prioritaria, que no concuerda muy bien con votar en contra de formar una comisión parlamentaria de investigación para desenredar el misterio de las interminables esperas, cada año más grandes que el anterior.
A ver si el Gobierno colabora y logramos entre todos que una comisión de investigación termine bien en la Junta General del Principado. Llamo terminar bien a llegar a conclusiones ciertas y concretas, sin miedo a sacar los colores a alguno. El otro día en Canal 10, decía Cosme Cuenca, con indisimulada ironía, que la primera conclusión será que falta personal. Bien, aceptada esa hipótesis, es preciso llegar a otras certezas menos evidentes.
MALAS NOTICIAS
Mientras el Parlamento regional estaba en parada técnica, surgieron dos noticias muy preocupantes para la industria regional. Las plantas asturianas de ArcelorMittal entraron en pérdidas, pese a ser las más rentables de la multinacional en Europa. La competencia ventajista de China arruina el acero europeo. Como Rajoy tiene la agenda libre, merece la pena un viaje oficial del Principado a Madrid para que se interese por lo nuestro tanto como por el acuerdo entre el gobierno británico y la Comisión Europea.
La otra noticia preocupante es el fin de la subvención a las térmicas que quemen carbón español. Si no hay un mecanismo sustitutivo, el carbón quedará apilado en inmensas montañas de polvo negro, sin cliente que lo compre.
Montañas de carbón, convertidas en nubes voladoras sobre Gijón, cuando “circunstancias muy excepcionales” las hacen inevitables, salvo para alcaldesas populistas que se atreven a levantar la voz y exigir a la Autoridad Portuaria que trate a los gijoneses del mismo modo que cualquier gestor portuario a los habitantes de ciudades costeras del Primer Mundo. Átame esa mosca por el rabo.