En el programa de gobierno de Podemos, presentado anteayer, se propone cerrar las minas de carbón y las térmicas para dar un mayor peso a las energías renovables. La propuesta está hecha por el equipo de Pablo Iglesias, cuyo núcleo duro viene definido por dos características: profesores de Ciencias Políticas que viven y trabajan en Madrid. Dicho de otra manera, sesudos licenciados y doctores en letras (toda la vida se llamó así a los que cursan estudios que no conlleva saber resolver una ecuación de primer grado) que practican un sano centralismo. Como en Madrid, y en alrededores, no hay explotaciones de carbón, ignoran todo lo relativo a las minas. Desconocen que el próximo año el carbón será el recurso energético más consumido en el mundo, por encima del petróleo. No saben que hay carbón en todos los continentes y que nadie lo desaprovecha salvo los tontos. Como es un grupito dogmático, son incapaces de elaborar síntesis: blanco o negro, el gris no se tiene en cuenta. Con todo desparpajo cierran minas y térmicas y se pasan con armas y bagajes a la energía eólica, que ellos asocian con imágenes naif, como si los aerogeneradores no estuvieran en manos de multinacionales. No les preocupa que las energías renovables tengan un coste alto, sobre todo si se ponen todos los huevos de la energía en esa cesta. Desde una perspectiva social, asombra que los adalides del rescate ciudadano manden a los mineros al paro. Hasta ahora no se había atrevido ningún gobierno a cerrar los pozos, pero parece que los dirigentes de la nueva izquierda radical están dispuestos a hacerle el trabajo sucio a la Comisión Europea. Vivir para ver.

En Asturias, la gente de Podemos debió de quedar consternada ante tamaña barbaridad. No deben sorprenderse, porque los partidos centralistas siempre funcionan así: desde el alto mando se toman decisiones y las bases las apoyan. Para salvar la cara, los dirigentes asturianos afirman que no habrá cierres sin reconversión. Vaya novedad. Desde los primeros años noventa del pasado siglo se perdieron cerca de 17.000 empleos en la minería regional y el proceso estuvo acompañado de un programa de reconversión industrial que no sirvió para nada. O convierten a los mineros en funcionarios del Principado o no hay solución. En las elecciones generales, Podemos fue el grupo más votado en Mieres. El programa de Pablo Iglesias les apeará del pódium. Los ciudadanos rechazan los escándalos.