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Juan Neira

LARGO DE CAFE

GORGORITOS REGIONALES

Ya sabemos más cosas sobre el proyecto de ley de Transparencia y Buen Gobierno que ultima el Principado. Se creará una Oficina de Buen Gobierno y Lucha contra la Corrupción donde los altos cargos tendrán que registrar sus datos de renta y patrimonio, al empezar y al acabar su mandato. Uno, en su ingenuidad, pensaba que ese proceder estaba ya incorporado a la práctica de los consejeros, viceconsejeros, directores generales, etcétera. La Agencia Tributaria tiene todos los datos para cruzar información. Dada la plaga de casos de corrupción, imagino que los responsables de Hacienda seguirán muy de cerca los cambios de renta y patrimonio de los gobernantes y altos cargos de la Administración. Creo que esa oficina tendrá más un carácter propagandístico que efectivo. Más ruido que nueces. El proyecto de ley abre un canal con el público para que la gente informe sobre conductas delictivas. Digámoslo sin rodeos: para que los ciudadanos delaten a los delincuentes. Esa propuesta la lanzó Podemos, con una diferencia fundamental: los ciudadanos que delataban mantenían el anonimato. En el proyecto del Gobierno queda registrado el nombre, aunque de forma reservada. Delatar es una decisión difícil. Si hay que mostrar la identidad, la gente se va a retraer y saldrá perdiendo el interés general. La futura ley contendrá un capítulo de sanciones, algo que no ocurría en el fracasado proyecto de la pasada legislatura. Una norma represiva que no contenga medidas punitivas, no pasa de ser un catálogo de buenas intenciones.

La dinámica política asturiana, cada vez más sumergida en las preocupaciones y aficiones de los representantes públicos, logra que el proyecto de ley de Transparencia y Buen Gobierno traslade un clima de amabilidad que está ausente en la política nacional. Mientras los principales partidos se disputan el poder de la nación, el Parlamento asturiano va a poner y quitar artículos a una norma que va a servir para muy poco, en el caso de que tenga alguna utilidad social. En vez de hablar de créditos extraordinarios para sortear el retraso que impone la prórroga presupuestaria, los asturianos estaremos unas semanas escuchando gorgoritos sobre la transparencia que es una palabra que cotiza alto en el mercado de los discursos. Si se quiere menos corrupción, la solución es más Policía. Valencianos golfos, millonarios en dentaduras y chinos mafiosos dejan de hacer daño con la Policía.

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por JUAN NEIRA

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