La cuestión de la investidura avanza sobre equívocos cómicos, como el argumento de una ópera de Rossini. Faltan doce días para el inicio del pleno parlamentario y los movimientos se vuelven frenéticos. Pedro Sánchez va a compartir mesa con Pablo Iglesias, Alberto Garzón y Mónica Oltra. El líder de Podemos dice que la foto de la mesa es la del gobierno, pero Pedro Sánchez todavía no soltó prenda sobre la composición del hipotético gabinete. Se sospecha que sueña con un gobierno monocolor socialista. En otra esquina del escenario, el equipo de negociadores socialistas ultima diversos pactos, para el martes, con Ciudadanos, PNV, IU, Coalición Canaria y Compromís. Juntando todas las iniciativas nos encontraríamos con un presidente apoyado por siete grupos, el PSOE y otros seis. Quizás para firmar una declaración de rechazo a la violencia de género o para rubricar una propuesta de protección a la infancia, fuera posible unir a todos esos grupos, pero en torno a un programa de gobierno es imposible ¿Es imaginable que IU y Ciudadanos acepten la misma dieta fiscal? ¿Cabe pensar que Ciudadanos y Podemos coincidan en la política territorial?
El equívoco preside la escena con un libreto escrito por Pedro Sánchez. El candidato socialista exhibe un mayúsculo optimismo frente al escepticismo ambiental. Desde el mismo momento en que el Rey le encargó formar gobierno no hizo otra cosa que sonreír frente a las adversidades. Albert Rivera habla de abstenerse en la votación de investidura y Pedro Sánchez da por hecho que pactará con Ciudadanos. Como no transcienden detalles de las reuniones de negociación, tiendo a pensar que hablan de generalidades. El asunto es que haya buen rollo hasta la víspera del pleno y a última hora jugar la baza emocional: yo o el caos, entendiendo por caos, Rajoy o la repetición de elecciones. En el calendario de Sánchez consta que la próxima semana, entre el jueves y el sábado, los 200.000 afiliados del PSOE voten en referéndum el acuerdo de gobierno, que a día de hoy, no conocen Iglesias, Rivera y compañía. Como el Comité Federal del PSOE mostró gran preocupación por las alianzas de Pedro Sánchez, se supone que en la consulta socialista se hará alguna referencia a los socios.
En la fábula de los hermanos Grimm, el flautista ahoga las ratas en el río. Al no obtener recompensa, se lleva luego a los niños a la cueva, de la que no regresan. Me inquieta saber lo que Sánchez puede hacer con la flauta.