Dos meses después de las elecciones se alcanza un primer principio de acuerdo para la sesión de investidura. Ciudadanos está dispuesto a firmar con el PSOE un pacto si Pedro Sánchez acepta reformar la Constitución para suprimir las diputaciones, limitar a dos los mandatos presidenciales, poner fin a los aforamientos, despolitizar la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial y reducir a 250.000 las firmas necesarias para impulsar una iniciativa de legislación popular. Rivera y Sánchez recurrieron a la escenificación, con rueda de prensa del líder de Ciudadanos dando un plazo de 48 horas para la respuesta, y posterior declaración del candidato a la investidura asintiendo a la propuesta.
Estamos tan ayunos de acuerdos que es difícil no recibir con un aplauso la entente. Ahora bien, si nos fijamos en la letra, la iniciativa de Ciudadanos es decepcionante. Aunque la reforma constitucional se haya convertido en un mantra de la clase política, no creo que las urgencias de la política española pasen por cambiar la Constitución en cinco apartados. Tampoco creo que entre las cosas importantes a realizar esté rebajar de 500.000 a 250.000 las firmas necesarias para promover una iniciativa legislativa popular. Dentro del edificio legislativo de un Estado democrático, las iniciativas populares tienen una importancia marginal. Tampoco creo que sea necesario introducir un artículo en la Constitución que limite a dos mandatos el máximo tiempo de permanencia en el cargo de un presidente de gobierno. España tiene inflación de aforamientos y no me parece mal acabar con los privilegios, máxime estos días en que vemos a Rita Barberá guarecerse en ese burladero jurídico, pero no lo incluiría entre las cinco prioridades del próximo mandato. La supresión de las diputaciones estaba ya en el programa de UPyD. Esa propuesta y la profesionalización en el acceso al Consejo General del Poder Judicial me parecen los dos puntos más interesantes. Sorprende que dos pedazos de estadistas como Rivera y Sánchez no se pongan de acuerdo en ninguna medida económica. Hay cosas muy importantes para los españoles que no implican cambios en la Constitución.
El principio de acuerdo entre PSOE y Ciudadanos es una bofetada para Podemos. Pablo Iglesias, Errejón, Bescansa y compañía quedan totalmente ninguneados. Ahora hace falta saber cómo logra Sánchez la investidura, con el PP y Podemos en contra.