Emilio León, portavoz de Podemos en la Junta General del Principado, rechazó la oferta planteada por Javier Fernández, cuando se mostró dispuesto a discutir sobre política fiscal con los grupos de izquierda (Podemos e IU). León cree que es la típica excusa de un gobierno aislado al que le falla la aritmética parlamentaria, como le ocurre a Pedro Sánchez. El portavoz afirma que Podemos no va a ser “el flotador de un gobierno débil, aquejado de mala gestión y afectado por la corrupción”. Emilio León no cierra la puerta a una futura negociación, siempre que se plantee con garantías. Como ejemplo de garantías puso la rebaja del 10% en la nómina de los altos cargos. Era lo que les faltaba, después de pasarse un curso entero discutiendo sobre el salario de los diputados, lo último que está dispuesto el partido del poder es a perder la décima parte de la paga para llegar a un acuerdo sobre los presupuestos con nueve diputados de la oposición que tienen a gala no cobrar más de 2.000 euros al mes. Como remate, León considera que el grupo parlamentario de Podemos sacó adelante más iniciativas parlamentarias que el Gobierno socialista, al que tacha de inmovilista. En la crítica al inmovilismo coincide con Nicanor García, portavoz de Ciudadanos.
Una vez más se constata que el PSOE y Podemos hablan dos lenguajes distintos. No hay puntos de contacto. Javier Fernández debe olvidarse de los canales de entendimiento con IU, porque con Ripa, León y compañía no funcionan. El argumentario clásico de la izquierda, con la defensa del sector público y el ataque constante a la derecha, no sirve para unos tipos que identifican izquierda con austeridad personal y salarios contenidos para los políticos. Aunque es atrevido decirlo, el discurso de Podemos está más emparentado con la visión social del anarquismo histórico que con la socialdemocracia “prêt-à-porter” del PSOE. La militancia de Podemos es muy emocional y subjetiva, mientras que el carné socialista cumple con la función social de la tarjeta de visita. León disfruta diciendo su nombre a Manuel Menéndez (Liberbank) en la comisión parlamentaria, en un lance que recuerda vagamente aquella legendaria escena de ¡Viva Zapata! (E. Kazan), mientras que para todos los socialistas es el banquero más fiable. Les separan vivencias, amistades, lecturas, biografías. Así que no es nada extraña la discrepancia sobre los presupuestos que necesita Asturias.