La dirección de la FSA plantea en un informe que presentará ante el Comité Autonómico la necesidad de pactar con Podemos. El objetivo marcado no le impide a la cúpula del partido tildar a Podemos de fuerza antisocialista que no quiere pactar con el PSOE, prefiriendo tener al PP de socio. El Comité Ejecutivo de la FSA considera que el partido de Pablo Iglesias tiene como objetivo adueñarse de la cuota electoral socialista y para ello cambia sus propuestas en función de la imagen que prefiera proyectar.
Un análisis realista que está atravesado por una gran contradicción, como ocurre siempre con la realidad que está llena de aspectos que se contraponen. Es lógico que Javier Fernández quiera una alianza con Podemos, porque de esa manera gobernaría con mayoría absoluta. El pacto sería también suscrito por IU que lleva desde el primer día del mandato bregando por una alianza entre los tres grupos de izquierda que estaría respaldada por el 62% de los escaños de la Junta General del Principado. El acuerdo con Podemos en Asturias tendría la virtualidad de abrirle a Pedro Sánchez la puerta de la gobernabilidad en Madrid. Negocio redondo. La otra alternativa que tiene Javier Fernández es pactar con el PP, como ha hecho en el último tercio de la pasada legislatura, pero ese acuerdo chirría con la política de Pedro Sánchez que tiene como elemento fijo de su estrategia la marginación del partido de Rajoy. Tampoco consta que el PP esté por la labor.
La cúpula socialista no se hace trampas al solitario y desgrana todas las críticas que le suscita la forma de hacer política de Podemos. Llegan a decir en el documento que la mayoría de izquierdas “es una quimera”. En resumen: el objetivo de la FSA es pactar con Podemos, pero esa alianza es imposible. Llegados a este punto, lo lógico sería romper el círculo vicioso, bien sea fijándose otro objetivo distinto al acuerdo con Podemos o admitiendo las propuestas de este partido para gobernar con mayoría absoluta. De momento, los socialistas no están ni por una cosa ni por la otra, por ello se encuentran atrapados en la contradicción. Y con ellos toda Asturias, que está paralizada hasta que se resuelva el problema de la gobernabilidad. En el informe la FSA descarta, pase lo que pase, el anticipo electoral. Con esta última pincelada queda cerrado el cuadro: el PSOE no tendrá mayoría para gobernar, pero tampoco dejará el Gobierno, así que estaremos tres años esperando a Godot.