Dolores Carcedo ha anunciado que el Principado no recurrirá este año a créditos extraordinarios, dejándonos a todos con la boca abierta. El Gobierno socialista trabajará con las cuentas regionales de 2015, a las que hay que añadir la cantidad extra que recibirá del Ministerio de Hacienda por haber superado la recaudación a las previsiones. A Asturias le tocará por esa vía algo más de 150 millones y la consejera de Hacienda, tras hacer números, considera que es suficiente. En total, el Ejecutivo va a contar con un volumen de recursos inferior al que recogía su proyecto de presupuestos para 2016 -proyecto retirado por Javier Fernández antes del debate parlamentario para evitar que fuera rechazado por la oposición-, pero aplicando una gestión restrictiva espera poder llegar a fin de año.
En un ejercicio de moderada expansión económica, el Principado es la única comunidad autónoma que trabajará con un volumen de recursos a la baja. Desde que quedó prorrogado el presupuesto todo el mundo daba por descontado que el Ejecutivo socialista solicitaría créditos extraordinarios al Parlamento. Así había pasado en anteriores ocasiones, siendo el precedente más cercano lo sucedido hace un par de años, cuando en similar coyuntura Javier Fernández pactó con Mercedes Fernández la petición de créditos que sirvieron para realizar inversiones en municipios gobernados por el PSOE y por el PP. En enero Dolores Carcedo decía que esperaban a la liquidación del pasado ejercicio para saber con exactitud la cuantía del crédito que iban a pedir. En febrero la propia consejera de Hacienda adelantó que los créditos extraordinarios quedarían par el segundo semestre. Y en marzo nos sorprende con el anuncio de gobernar con los recursos que tiene en su mano. Ni un euro más.
Como el Gobierno socialista había presupuestado un incremento de 150 millones para la sanidad, por encima de las cuentas prorrogadas, y como pensaba gastar 12 millones más en salario social, de la cantidad que tiene asignada, toca preguntarse cómo va a atender esas necesidades -entre otras- sin recurrir a los créditos. Yo se lo digo: recortando aún más la inversión productiva. Hay gastos sociales que el Principado no podrá embridar, pero siempre tendrá en su mano dejar las carreteras como están. Una política inesperada de recortes motivada por temor al rechazo del Parlamento cuando pidiera permiso para suscribir créditos.