La oposición discrepa de la decisión del Principado de gobernar todo el año sin acudir a créditos extraordinarios. Emilio León considera que estamos ante un gobierno de transición, que ha perdido la confianza de la ciudadanía, y relaciona la renuncia a los créditos con el alto volumen de deuda. Nicanor García asegura que el Ejecutivo de Javier Fernández se aferra a cualquier argumento o pretexto para evitar la negociación con la oposición; el portavoz de Ciudadanos cree que las razones expuestas por el Principado para solicitar financiación extraordinaria son falsas y que en el segundo semestre tendrá que acudir al Fondo de Liquidez Autonómica o a los bancos. Cristina Coto pone en evidencia las contradicciones del discurso socialista: hace tres meses hablaban de los terribles males de la prórroga presupuestaria y ahora, una vez instalados en la prórroga, renuncian a contar con más recursos. Por último, Gaspar Llamazares, el político más cercano a Javier Fernández con la excepción de los diputados socialistas, dice que van a exigir todo lo pactado, tanto haya o no créditos extraordinarios. El PP no se ha sumado a las críticas porque estamos en una semana cargada de trabajo.
Cada uno con sus matices, todos los grupos de la oposición censuran el proceder del Gobierno. Como bien destacaba Cristina Coto, la posición del Principado con respecto a los presupuestos ha variado en función de sus intereses políticos. Durante el otoño, el discurso del caos envolvió la negociación de las cuentas. El proyecto de presupuestos para 2016 no tenía otra alternativa que el desastre, según los miembros del Gobierno. Sorprendentemente, fue el propio Ejecutivo quien escogió la vía del desastre al retirar el proyecto registrado en el Parlamento. Posteriormente se acogieron a la solución de los créditos extraordinarios, pero al barruntar que los diputados de Podemos no iban a comulgar con ruedas de molino, dejaron pasar el tiempo hasta saber el dinero que iba a ingresar Hacienda a cuenta de la liquidación del ejercicio de 2014. Una vez comprobado que contaran con 150 millones adicionales se aprestan a gobernar la región con los recursos ordinarios.
Javier Fernández está dispuesto a resistir. Para ello no necesita aliados, le basta con evitar derrotas dolorosas en el Parlamento (el rechazo presupuestario sería una de ellas). El único cambio podrá venir de un pacto entre Sánchez e Iglesias.