Primera reunión de PSOE, Podemos y Ciudadanos desde la noche electoral. Tras declararse incompatibles los dos partidos emergentes, los socialistas lograron, por fin, sentarlos en la misma mesa. Todo un avance en pos de una mayoría parlamentaria de 199 escaños. El encuentro ha servido para que Podemos diera por muerto el pacto entre PSOE y C`s. Pablo Iglesias propone sustituirlo por un acuerdo en torno a un documento de veinte puntos que recoge toda la letanía de Podemos, desde un incremento del gasto público de 63.000 millones de euros hasta el derecho a decidir de las nacionalidades, pasando por la subida de impuestos y derogación de la reforma laboral. PSOE y C`s han quedado en estudiar el documento alternativo de Podemos, pero lo hacen desde una perspectiva distinta. Los socialistas creen que todavía hay margen para alcanzar un acuerdo a tres bandas, mientras que C`s niega la posibilidad de dar el visto bueno a las propuestas de Podemos.
Estamos en el inicio del segundo acto del drama de la investidura. Si alguien pensaba que de la reunión tripartita iba a salir un avance significativo es que no tiene ni idea de cómo funcionan estas cosas. Mientras ninguno de los tres partidos se levante de la mesa y queden emplazados para otra reunión es que las expectativas siguen abiertas. Todavía estamos lejos de la fecha límite para alcanzar un acuerdo, así que todavía tienen margen para tensar la cuerda. La clave consiste en llegar a la última semana sin que ninguno de los tres partidos se haya desmarcado. En ese escenario, la presión del reloj hará que alcancen algún tipo de compromiso. Las recetas de Podemos son inviables para sus hipotéticos socios. Pablo Iglesias las plantea para centrar la discusión sobre su programa y olvidarse de los 200 puntos recogidos en el acuerdo entre PSOE y C’s. En las próximas semanas le tocará apearse de los maximalismos, en caso de que la negociación se mantenga abierta. Con la excepción de IU y de las llamadas “confluencias” de Podemos, ninguna fuerza política firmará un programa de gasto tan exorbitado. El aspecto más problemático es el derecho a decidir o, para decirlo de una forma menos eufemística, el derecho de autodeterminación. Un derecho con el que nos hemos familiarizado en España, aunque no está en la agenda de ningún país de la UE. Si retira el órdago, es probable que se alcance una entente. El miedo a las elecciones hará de Podemos un partido pragmático.