Tras la tensa reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, de la pasada semana, la cuestión de la financiación territorial se abre un hueco en medio del debate preelectoral. El grupo parlamentario socialista ha registrado una iniciativa en el Congreso de los Diputados que asume totalmente las tesis del Gobierno asturiano. Los socialistas piden un nuevo reparto del déficit entre administraciones para que las comunidades autónomas puedan tener un mayor margen de gasto, y solicitan que la distribución del déficit entre el Gobierno central, las regiones, los ayuntamientos y la Seguridad Social sea realizado por una institución neutral, proponiendo que haga de árbitro la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Demandan un nuevo sistema de financiación autonómica y piden que mientras no esté operativo el nuevo sistema, el Ministerio de Hacienda aporte dinero para asegurar los pagos de todas las regiones.
Se trata de la típica propuesta de un partido opositor que se abstendría de llevarla a cabo si mañana estuviera en el gobierno. Busca halagar los oídos de todos los gobiernos autonómicos cuando faltan dos meses para la celebración de unas nuevas elecciones generales. Vamos por partes.
Cualquier reparto del déficit entre administraciones es opinable. La fórmula actual no es necesariamente la mejor, pero tampoco es la peor. Las comunidades autónomas piden autorización para cerrar los ejercicios presupuestarios con un mayor desfase entre gastos e ingresos. Se basan para ello en que gestionan la sanidad y la educación, dos pesadas cargas. Omiten que el Gobierno central hace frente al gasto del desempleo y a los intereses generados por la prima de riesgo. Y con la diferencia de que el Gobierno trabaja sin red de seguridad, mientras que las comunidades autónomas tienen de avalista al Estado. Ahora bien, la parte más simpática de la propuesta -por no decir la más osada- consiste en despojar al Gobierno de sus competencias y ponerlas en manos de un organismo de reciente creación, como es el AIReF, que ya ha tenido algún encontronazo con el Ministerio de Hacienda. Enviar dinero a los gobiernos regionales para que paguen cómodamente sus gastos puede parecer un chiste, pero ya se está realizando a través del Fondo de Liquidez Autonómica. La iniciativa del PSOE sólo serviría para aumentar la irresponsabilidad de la que hacen gala los barones autonómicos.