El proyecto de ley del Gobierno socialista para elevar el sueldo de los funcionarios va a dar paso a una batalla parlamentaria. El Principado recoge la subida (1%) aprobada por el Ejecutivo de Rajoy, pero a cambio congela el complemento de la carrera profesional por falta de recursos económicos. El incremento salarial de los empleados públicos supone un desembolso de 15 millones de euros, y la congelación del complemento evita gastarse otros 13 millones. Podemos, IU y Foro exigen que se pague la mejora de la carrera profesional, mientras que PP y Ciudadanos todavía no se han pronunciado. La disputa es compleja, ya que en el caso de que el Principado pierda la votación tiene en sus manos la posibilidad de vetar el proyecto, de modo que los funcionarios se quedarían sin la subida de sueldo y sin la mejora del complemento. ¿Se atreverán los grupos de la oposición a llevar adelante el desafío, con todas las consecuencias, aún a riesgo de dejar los sueldos congelados? ¿Está el Gobierno de Javier Fernández dispuesto ganarse la animadversión de los empleados estableciendo el veto?
Lo primero que sorprende es el grado de implicación de los grupos parlamentarios en un asunto de orden menor en comparación con los problemas que sufren los asturianos. La ruina del sector de la construcción, con la pérdida del 75% de los empleos, no hirió la sensibilidad de nuestros diputados, pero la congelación del complemento de la carrera profesional de los funcionarios les parece un asunto intolerable. La razón de esa diferencia descansa en que asumen como asunto propio las vicisitudes de los trabajadores de la Administración, mientras que la construcción es cosa ajena. Los diputados diseñan una zona confort para políticos y funcionarios. Es difícil llegar a una conclusión rotunda sobre la propuesta del Principado y la réplica de la oposición. El Gobierno de Javier Fernández está dispuesto a agotar el ejercicio sin abastecerse de nuevos recursos. Renunció a solicitar créditos extraordinarios por miedo a sufrir una derrota en el Parlamento y se encuentra incapaz de afrontar gastos que excedan el nivel de 2015. Desde esa perspectiva se merece que la oposición desbarate su estrategia política guiada por intereses de partido. Ahora bien, con las carencias que tiene Asturias y las desdichas que pasan los asturianos, no creo que el desarrollo de la carrera profesional sea el mejor argumento para gastar 13 millones.