En el madrileño Forum Nueva Economía, Susana Díaz, cerró filas en torno a Pedro Sánchez, declarándose dispuesta a ayudarle para ganar las elecciones generales. Cristina Cifuentes siguió muy atenta sus palabras. La presidenta de la Junta de Andalucía señaló que sería dramático un nuevo bloqueo institucional tras los comicios, aunque reconoció que era posible mirando la reciente historia de Europa. El mensaje principal de su discurso fue que la victoria electoral no tiene alternativa. No cabe hacer cábalas sobre hipotéticas coaliciones gubernamentales, en el caso de quedar en segundo lugar. Frente a esa propuesta, Pedro Sánchez se muestra propicio a la reanudación del diálogo con Podemos y Ciudadanos, alternativa fracasada en el pasado mes de marzo. Susana Díaz recordó que la oferta socialista está en la moderación, considerando muy dañina la radicalización de las fuerzas que están en los extremos del arco parlamentario.

La lideresa ha logrado convertirse en un referente de la política española sin otro bagaje electoral que una victoria en los comicios andaluces de marzo de 2015. La siguen propios y extraños. Dentro del PSOE cuenta con la fuerza de encabezar la federación más poderosa, la que decidió el triunfo de Pedro Sánchez sobre Eduardo Madina en las primarias de 2014. Comparte con Pedro Sánchez dos características: gran ambición y demostrada capacidad de trabajo. Los dos tienen una permanente sonrisa en los labios y abrazan a cuantas farolas encuentran a su paso, pero cosas de la vida, en el caso de Susana parece una actitud espontánea mientras que las muestras afectuosas de Pedro forman parte de su carga laboral. Ambos aspiran a vivir en la Moncloa; él quiere mudarse ya mismo, mientras que ella está dispuesta a esperar dos o tres años. El plan del secretario general del PSOE es ser presidente “como sea”, fórmula empleada por Zapatero en más de una ocasión. La estrategia de Susana Díaz consiste en fijar las condiciones que deben cumplirse para que el supremo líder socialista sea investido como presidente. En la conferencia madrileña, la jefa del socialismo andaluz lo expuso bien claro: debe ganar las elecciones y alejarse de los grupos radicales. Nada de alianzas con Unidos Podemos y nacionalistas asilvestrados. Expuestas así las cosas, la única salida de Sánchez pasa por obtener por encima del 35% de los votos y llevarse bien con Ciudadanos. Sólo así le dejarían gobernar.