El sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) radiografía la situación electoral al inicio de la campaña. Las encuestas reflejan lo que hay –papel pasivo- y modifican las tendencias del electorado –papel activo-, por eso nos llegan contaminadas. El CIS tiene una ganada fama de profesionalidad y solvencia, pero a quince días de las elecciones debe de sufrir unas presiones enormes. Hace seis meses, en una coyuntura como esta, se equivocó con los dos grupos debutantes, Podemos y Ciudadanos; el partido de Pablo Iglesias tuvo un resultado mejor en las urnas, mientras que la formación de Albert Rivera salió peor parada que en la encuesta. De todas formas, nada tan fuerte como el patinazo de la primavera de 2011, cuando el partido de Álvarez-Cascos iba a ganar las elecciones y el CIS le asignó sólo 7 escaños, y de las urnas salieron 16. Al PP le otorgaba 16 que quedaron en 10. Y al PSOE le adjudicó 19 que las urnas menguaron hasta 15. Había que mantener vivo al bipartidismo a toda costa. Qué difícil es ser independiente.
De la encuesta actual destacan dos cosas: de los cuatro principales partidos sólo gana escaños Podemos, los otros tres pierden; en la izquierda se produce el “sorpasso”, aventajando el partido de Pablo Iglesias a los socialistas entre 10 y 12 escaños. Por bloques (PP-C`s; Podemos-PSOE), que es el dato más significativo pensando en la sesión de investidura, la izquierda adelanta a la derecha entre 10 y 12 escaños. A ello hay que añadir que los dos grupos que gobiernan en Cataluña, bajo la fórmula de Juntos Por el Sí, tienen asignados en la encuesta entre 15 y 17 diputados. Y el PNV, otros 5. La izquierda mejora posiciones sobre las elecciones de diciembre, tanto por la ventaja directa sobre el bloque de derechas, como por el apoyo que le puede dar alguna formación nacionalista.
Dado el crecimiento de diputados podría pensarse que el gran protagonista de la encuesta es Podemos, pero en realidad ese papel hay que adjudicárselo a los socialistas. El hundimiento del PSOE constituye el núcleo de la noticia, acompañado de su rol decisorio en las combinaciones de gobierno. De darse el reparto de escaños que adelanta la encuesta, el PSOE puede hacer presidente a Pablo Iglesias y a Rajoy. Al primero tendría que votarlo y al segundo bastaría con que se abstuviera. Planteadas así las cosas cabe decir que el poder en España se juega dentro del PSOE. El peor resultado y máxima influencia.