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Juan Neira

LARGO DE CAFE

CARTAS A LOS ESPAÑOLES

Como dice un aforismo colombiano, al cojo se le ve haciéndolo andar. Las cartas que mandan los líderes políticos a los electores reflejan mejor lo que piensan que los discursos oficiales. Mariano Rajoy envió cinco misivas porque considera que hay cinco tipos de destinatarios que necesitan mensajes específicos para movilizarse ante las urnas. Estos son para el PP los cinco modelos de ciudadano español: joven, adulto, mayor de 55 años, catalán y asturiano. Si se equivoca en la distribución y las cartas de Barcelona acaban en los buzones de León, Valladolid, Burgos y Salamanca la izquierda dará el “sorpasso” en Castilla. Hay un Rajoy para jóvenes, desinhibido, dispuesto a arriesgar porque en esa franja de edad gana Podemos, y otro Rajoy para abuelos, donde es aconsejable tocar la fibra del miedo con la amenaza de la llegada de Pablo Iglesias. La idea no es mala, pero puesto a jugar la baza de la especialización y los particularismos, por qué no mirar de frente a la sociedad y preparar una carta para los abogados de Estado, como De Cospedal o Sáenz de Santamaría, que con sólo rubricar un papel en blanco ya tiene ganado el voto, y otra para los desempleados de larga duración. Lo de recetar cosas para “adulto” vale para la penicilina que es una mercancía transversal, pero el voto está ligado a más factores que el de la edad.

Los asturianos tenemos carta propia ya que aquí el PP concurre con Foro. En la misiva de Rajoy causan emoción unas líneas que puso Oblanca, hablando de “las evidencias de insolidaridad y desigualdad que abren divergencias sociales y económicas entre Asturias y el resto de España”. Dejemos de lado, por obvio, que Asturias no es el pariente pobre del pelotón autonómico, pero lo que es más difícil de orillar es el hecho de que el mensaje va en el sobre de Rajoy, responsable directo de las hipotéticas marginaciones asturianas.

Hay más cartas. Unidos Podemos optó por la cursilería de disfrazarse de “Esperanza” para jugar el rol de emigrante joven, aunque suficientemente preparada, pidiendo que en el futuro se proteja más “a la I+D que a los banqueros”. Si ahora, y en el futuro, se deja quebrar a todos los bancos que sufren problemas de solvencia habrá más mendicidad en las calles que en los relatos de Dickens. Esperanza, chica, qué simple eres. Lo peor de todo es que lo remata pidiendo “gente preparada en el Gobierno”. Voy a suponer que estamos en la jornada de reflexión y así guardo silencio.

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por JUAN NEIRA

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