Felipe González ha entrado en el debate sobre el papel que debe jugar el grupo parlamentario socialista ante una hipotética investidura de Mariano Rajoy. El ex presidente de gobierno se ha mostrado contrario a la gran coalición (PP-PSOE), pero favorable a facilitar la formación de un gobierno del PP. Tomando como referencia los intereses de España, González considera que la elección del presidente en la Cámara baja no debe producirse más allá de los primeros días de agosto. El posicionamiento lo realiza a 48 horas de celebrarse la reunión del Comité Federal del PSOE que va a estar dedicada íntegramente a discutir la estrategia a seguir ante la investidura.
El ex presidente González se ha ido convirtiendo con los años en un poder fáctico dentro del PSOE. Para los cuadros del partido es la gran referencia, ya que las grandes figuras de la etapa republicana sólo tienen cabida en los libros de Historia. En el último debate de investidura, celebrado durante el pasado mes de marzo, se produjo un lance fortuito que reveló el carisma de González entre los diputados de su partido. Estando en el uso de la palabra Pablo Iglesias, consideró oportuno sacar a relucir la guerra sucia de la Administración socialista con los GAL, y relacionó a Felipe González con la cal viva. Los noventa diputados socialistas reaccionaron al unísono montando la mayor bronca del debate de investidura. González tiene una enorme autoridad moral entre los socialistas y en los últimos años ha utilizado su poder para influir en algunas las principales decisiones del partido.
En esta ocasión señala la vía de la abstención como la forma más correcta de conjugar el papel opositor del PSOE con la necesidad de garantizar la solidez del Estado. Lo hace en un momento en que algunos dirigentes autonómicos apoyan el “no”, como primera respuesta, dejando la puerta abierta a una futura abstención. La dirección del partido, con Pedro Sánchez a la cabeza, se mantienen en aquello de que “el no es no”. Por último, los líderes socialistas de Cataluña y Baleares prefieren que Sánchez opte a gobernar a través de una alianza con Podemos. Conclusión: el partido está dividido aunque es probable que todos acepten el rechazo inicial a Rajoy para empezar el debate. Javier Fernández tendrá hoy la ocasión de explicar a Pedro Sánchez su postura. Fernández lo conoce bien y sabe que el primer objetivo es quitarle de la cabeza la tentación de aliarse con Podemos.