Ante los miembros de la Asociación para el Progreso de la Dirección, Javier Fernández ratificó sus conocidas tesis sobre la actual situación política de España. El presidente del Principado considera que Rajoy debe buscar apoyos para la investidura entre grupos que guarden alguna afinidad ideológica con el PP. El dirigente socialista cree que Rajoy debe hacer como Aznar en 1996, que estando en minoría hizo concesiones, como traspasar el 30% del IRPF a los gobiernos autonómicos, suprimir los gobernadores civiles y esforzarse por hablar catalán en la intimidad. Javier Fernández no ve factible la constitución de una mayoría alternativa al centroderecha, y juzga insoportable para el crédito del estamento político la convocatoria de unas terceras elecciones consecutivas.
Las consideraciones del presidente asturiano sobre el actual momento político de España tienen aspectos lógicos y compartibles, y otros puntos más discutibles. El escenario del bloqueo institucional, con el sistema de vetos aplicado en el pasado invierno, constituiría un golpe tremendo para el Parlamento, los partidos políticos y el sistema democrático. La peor alternativa es la falta de entendimiento entre los grupos y la llamada a las urnas. Hay que hacer cualquier sacrificio con tal de evitar unas nuevas elecciones para el otoño. La necesidad de buscar aliados entre los afines ideológicos es lo que hace cualquier líder que quiere gobernar. Ahora bien, el PSOE, por el hecho de ser un partido de izquierdas, no puede pensar que está en condiciones de encogerse de hombros e instalarse en la oposición sin asumir ningún tipo de responsabilidad en la actual coyuntura parlamentaria. Si los socialistas no aceptan algún tipo de compromiso es muy dudoso que Rajoy pueda salir investido. Y aun suponiendo que supere la votación de investidura, el nuevo gobierno del PP tendría un recorrido muy corto si el PSOE no entra por la vía de llegar a acuerdos con el Gobierno. La fórmula PP-Ciudadanos sirve para controlar la mesa del Congreso, pero no vale para gobernar. Los nacionalistas actuaron con benevolencia en la constitución de la mesa del Congreso, para lograr fines específicos (tener grupo propio, tener una cuota de poder en el Senado, etcétera) pero no harán lo mismo cuando puedan vapulear a un gobierno en minoría que juzgan negativo para la suerte de las nacionalidades históricas. Sin el PSOE no habrá estabilidad.