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Juan Neira

LARGO DE CAFE

RAJOY JUEGA FUERTE

Mariano Rajoy ha presentado el primer pacto de la legislatura, realizado por PP y Ciudadanos, para tener mayoría en la Mesa del Congreso de los Diputados. El reparto de cargos del centroderecha se concreta en que la Presidencia de la Cámara baja recaerá en Ana Pastor y la primera vicepresidencia será para el gijonés, Ignacio Prendes, siendo Patricia Reyes (C’s) secretaria de la institución. La propuesta del PP conlleva tres puestos de la Mesa para el PP y dos para Ciudadanos, quedándose PSOE y Unidos Podemos con los cuatro sillones restantes. El acuerdo del PP y Ciudadanos saldrá adelante siempre que no se produzca una alianza amplia entre los grupos de izquierda y las formaciones independentistas catalanas. No cabe en absoluto descartar esta posibilidad, porque es mucho más fácil hacer socios para un frente de resistencia que para una propuesta constructiva. Además, la unión del PP y Ciudadanos ofrece un fácil blanco para la crítica, al tener el aroma de un acuerdo de derechas, con lo que permitirá activar el discurso del “no pasarán”, tan del gusto de los que se reclaman herederos de los históricos defensores del ideal republicano.

Rajoy juega fuerte con el reparto de la Mesa, porque deja fuera al PSOE, a diferencia de lo que pasó en la anterior legislatura, cuando fue Podemos el grupo que quedó aislado. El presidente en funciones premia a Albert Rivera por haber abandonado la unanimidad del rechazo opositor al anunciar que se abstendrá en la votación de la investidura de Rajoy, un hecho que todo el mundo da por descontado aunque todavía no se inició la ronda de conversaciones del Rey con los portavoces parlamentarios. El PP no cede la Presidencia de la Cámara Baja, cuando la oposición había dicho en el anterior mandato que ese puesto debería ser para los grupos que no participan del gobierno, considerando que la elección de Pachi López era una señal de salud democrática.

La presidencia de la Cámara es importante, pero debería valorar Rajoy si colocar a Ana Pastor en ese puesto compensa el daño que causa en la relación del PP con los socialistas. Si todos están de acuerdo que el árbitro del mandato va a ser Pedro Sánchez –así lo indica la aritmética parlamentaria-, la jugada de Rajoy es de alto riesgo, algo impropio de un político que tiene aversión a adentrarse en caminos inciertos. Si hay que hacer algún pronóstico, me apunto a decir que el gesto del presidente en funciones no quedará sin respuesta.

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por JUAN NEIRA

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