El Centro Superior de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha realizado una encuesta de intención de voto a través de 2.500 entrevistas durante las dos primeras semanas de julio, recién digeridos los resultados del 26 de junio. Las conclusiones del sondeo son muy parecidas a las obtenidas en las urnas, ya que por muy voluble que sea la opinión de los españoles apenas hubo tiempo para cambiarla. El único hecho realmente impactante fue el conocimiento de los resultados electorales que originó algún pequeño, pero significativo, trasvase de votos al verse defraudadas ciertas expectativas.
De los cuatro grandes partidos, el PSOE es el único que supera la marca de las urnas, al crecer cuatro décimas. El PP pierde medio punto, Ciudadanos (C’s) retrocede un punto y Unidos Podemos cede punto y medio. No es difícil colegir que el pequeño avance de los socialistas se nutre del retroceso de Unidos Podemos. La coalición de Podemos e IU dio la sorpresa en la noche electoral. Lo sondeos indicaban que adelantaría (“sorpasso”) al PSOE y, sin embargo, perdió un millón de votos sobre los sufragios obtenidos en diciembre entre Podemos e IU, presentándose por separado. No funcionaron las sinergias (sobado discurso que se saca a relucir cada vez que empresas, partidos o bancos se unen), y desde entonces no levantan cabeza. Insisten en que la alianza o fusión forma parte de una estrategia inalterable, pero la práctica indica que en partidos sin experiencia, como Podemos, lo usual son los cambios y la excepción es la continuidad. El votante de izquierdas ha quedado decepcionado con los resultados de Unidos Podemos y ha empezado a migrar hacia el PSOE. Ocurre también en los bares, entre dos negocios que venden una mercancía semejante (echar a Rajoy) la gente afluye al que tiene más gente.
En la otra orilla ideológica la bajada del PP es muy pequeña y, en términos relativos, es muy inferior a la de C’s. Se puede decir que continúa el reagrupamiento del voto en el centroderecha. El bloqueo institucional no beneficia a los nuevos partidos que llegaron con la vitola de ofrecer soluciones novedosas. No digo que Podemos y C’s sean más responsables de la parálisis que PP y PSOE, pero si la suma de la vieja y nueva política da como resultado el estancamiento lo más probable es que la gente propenda a restaurar el escenario anterior. Las diferencias se miden en julio por décimas, pero en septiembre habrá un cambio de escala.