En España las administraciones no pueden hacer previsiones, el futuro es un espacio en blanco. Mientras un nuevo gobierno no fije el techo de gasto y tenga un proyecto de presupuestos donde consten las transferencias de ingresos tributarios que vaya a hacer a las comunidades autónomas, estas no podrán elaborar sus cuentas para 2017. La ley prohíbe a un gobierno en funciones meterse en esos jardines porque se supone que está para actividades de trámite, dispuesto a pasarle los trastos a un gobierno nacido del actual Congreso de los Diputados, todavía inexistente. Hasta que se produzca el milagro, los 17 territorios autonómicos estarán tan bloqueados como la Administración del Estado.
Estando así las cosas podrían irse todos de vacaciones que no perderíamos nada. Entiendo que de producirse una estampida generalizada hacia las playas podría provocar una revuelta popular, al estar la gente harta de tanta incompetencia a la que se ha sumado la actitud provocadora y pasota de dejar a España en funciones (meras tareas de mantenimiento) desde el pasado mes de noviembre. Se habrán percatado que este año ningún político está oficialmente de vacaciones, reservando las bermudas para los fines de semana, como hace Rajoy. La clase política se vuelve dominguera, como los españolitos de los años sesenta estrenando el bienestar a lomos de los “seiscientos”, aquellos vehículos tan versátiles que hacían las veces de utilitario, todoterreno y coche de representación. Prototipos veloces (¡26 caballos de potencia!) para llegar a Salinas o Rodiles en un momento. Digámoslo claro, es todo una comedia: ellos hacen como que trabajan en agosto y nosotros jugamos a que nos gobiernan.
El Principado, como el resto de regiones, no sabe si para el próximo año estará en vigor el Impuesto de Patrimonio. Este tributo, muy atacado por la derecha, fue anulado por el intrépido Zapatero, para luego rescatarlo. Desde entonces se prorroga año tras año. ¿Qué pasará en 2017? El interrogante sobre tributos es mucho más amplio, ya que el 70% de los recursos del Principado proviene del Estado. Nadie puede saber cuánto es el 70% de algo cuando se desconoce la cuantía de ese “algo”. Con estas premisas la negociación del Gobierno socialista con los grupos de izquierda no puede ir más allá de un curso de verano sobre impuestos, porque para hablar de presupuestos hay que hacer un ejercicio de imaginación al que se niega Podemos.