Diez meses con gobierno en funciones es un hecho sin precedentes en nuestra democracia. Si se mira hacia atrás resulta llamativo que en 38 años de sistema parlamentario nunca hubiese habido dificultades para elegir presidente en el Congreso de los Diputados teniendo en cuenta que la asignación de escaños se realiza en España bajo la pauta de un modelo proporcional, que da visibilidad a las minorías aumentando la pluralidad de la Cámara, y con la escasa cultura de negociar gobiernos que hay en nuestro país. Hasta este año no habíamos conocido el fracaso de ningún candidato a la investidura presidencial. Tal parecía que nos regíamos por un sistema mayoritario que garantiza la gobernabilidad de las instituciones a costa de dañar la representatividad de las formaciones minoritarias. Las elecciones del 20 de diciembre, con el debut de dos nuevos partidos parlamentarios (Podemos y Ciudadanos), han dado paso al bloqueo de las instituciones, añadiendo un conflicto más a la larga serie de problemas que aquejan a España: paro elevado, alto endeudamiento, frágil sistema de pensiones, excesivo envejecimiento, movimientos secesionistas, bajo nivel educativo, etc.
Si se analiza con detalle las casi cuatro décadas de vida democrática se caerá en la cuenta que la gobernabilidad se logró siempre a costa de perder cohesión territorial. Sólo hubo tres mandatos de mayoría absoluta (el primero de Felipe González, el segundo de Aznar y el de Rajoy), pudiendo añadirse otro más, el segundo de González, ya que sólo le faltaba un escaño para alcanzarla. En el resto de las legislaturas las mayorías parlamentarias se lograban con los nacionalistas, que aceptaban presidentes de cualquier color con tal de que concediesen privilegios a sus territorios. Con la entrada de Podemos y Ciudadanos, las mayorías deben negociarse entre partidos que se disputan el poder central -algo que no sucedía con los nacionalistas-, y la falta de cultura de negociar gobiernos hace que las diferencias ideológicas den paso a los vetos de partido.
Como se habla mucho de reformas, toca decir que habrá que analizar el sistema electoral para evitar sucesivos colapsos. El bloqueo institucional tiene un efecto positivo: España es uno de los países de Europa que más crece sin gobierno ¿Para qué sirve todo ese grupo de ministros, secretarios de Estado, directores generales que escriben en el BOE sin resolver los problemas del país?