El récord de deuda alcanzado por el Principado, al finalizar el segundo trimestre, suscita distintas reacciones entre la oposición aunque haya casi un acuerdo generalizado en la crítica. Veamos. Emma Ramos (PP) habla del descontrol del Gobierno socialista y señala acertadamente que Asturias no se puede quejar de estar mal financiada porque en el conjunto de las regiones salió bien parada con el actual sistema de reparto de recursos diseñado por el Gobierno de Zapatero (otra cosa es que no nos sobre el dinero); pone el dedo en la llaga al aludir al sobredimensionado sector público como causa del creciente endeudamiento. Una reflexión ponderada. Emilio León (Podemos) dijo que no se puede seguir así y propuso como remedio renegociar la deuda. El dirigente del partido morado recordó cómo Manuela Carmena redujo en 1.000 millones la deuda del Ayuntamiento de Madrid o cómo el tripartito de izquierdas en el Ayuntamiento de Oviedo decidió bajar el IBI. La propuesta de bajar impuestos no es desdeñable cuando crece la economía, como ocurre ahora. En efecto, el Ayuntamiento de Madrid es un buen modelo de ajuste fiscal (ya bajó en 3.000 millones la deuda, entre Esperanza Aguirre -2.000 millones- y Manuela Carmena, los 1.000 restantes), mientras que fue un desastre con Alberto Gallardón que la elevó por encima de los 7.000 millones. Nicanor García (Ciudadanos) considera que la deuda pone en riesgo el futuro de las próximas generaciones e incide, como Emma Ramos, en el hecho de que el Gobierno de Javier Fernández pide préstamos para pagar el gasto corriente. Así es, hipotecamos el futuro para pagar lo que se consume en el presente. Cristina Coto (Foro) se centró en las formas, considerando ilegal que el Gobierno socialista no haya solicitado autorización de la Junta General del Principado para endeudarse, estando en situación de prórroga presupuestaria. La opacidad en el manejo de las finanzas es una pésima práctica. Las suspicacias se generan al no dar explicaciones.

Por último, Gaspar Llamazares (IU), socio de Javier Fernández desde la sesión de investidura, destacó que la mayoría de las regiones están más endeudadas, y habló de la necesidad de un nuevo sistema de financiación para tener más ingresos. Cada año perdemos posiciones en el ranking de las regiones más saneadas. Hay que ser muy optimista para fiar la mejora a un nuevo sistema de financiación. Mejor ir tomando medidas por nuestra cuenta.