En la fiesta socialista de Llanes, Antonio Trevín dio la campanada proponiendo abrir un debate en el PSOE para buscar una alternativa a las terceras elecciones generales. El dirigente socialista considera que se debe alcanzar un acuerdo entre la dirección federal de Pedro Sánchez y las direcciones autonómicas. Recordó que un partido responsable tiene que hallar una salida consensuada. Previamente, Trevín señaló que el ‘no’ dado a Rajoy fue una decisión acertada.

El mensaje de Trevín no es rompedor; dicho por un cuadro medio del partido pasaría desapercibido. En este caso importa mucho la cualificación del mensajero. Antonio Trevín es, junto a Álvarez Areces, el dirigente socialista con una hoja de servicios más extensa. Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Llanes, director provincial de Educación, alcalde de Llanes y, a los 37, presidente del Principado (aunque les parezca imposible hubo una época lejana en que los presidentes asturianos podían ser inequívocamente jóvenes: De Silva, Trevín y hasta Rodríguez Vigil, aunque no tanto), líder de la oposición en la Junta General del Principado, nuevamente alcalde de Llanes, delegado del Gobierno y miembro del Congreso de los Diputados. Un currículo extenso que ocupa más de la mitad de su vida.

A ello hay que añadir un detalle clave: Trevín apoya sin ambages a Pedro Sánchez, como lo hacen Álvarez Areces, Adriana Lastra, María Luisa Carcedo, José María Pérez o Adrián Barbón. El PSOE asturiano está dividido. Javier Fernández encabeza la postura de los que rechazan rotundamente al secretario general, aunque no lo explicite en público. La cultura del SOMA enseña que el trabajo previo debe hacerse embozado en una capa. Trevín está en el otro bando. Pedro Sánchez está enrocado en el ‘no’ y resulta que un diputado de su confianza lanza la idea del debate que hasta ahora propugnaba Fernández Vara, destacado representante de los adversarios de Sánchez. Es más, Trevín orienta el debate hacia alcanzar una forma de gobernabilidad que evite la convocatoria electoral.

Hay un haz de posibilidades. Puede que Trevín hable por su cuenta y riesgo con la brújula de Rubalcaba de telón de fondo. A lo mejor quiere abrir el debate para que se pueda discutir abiertamente sobre la conveniencia de pactar con Podemos y los nacionalistas. O pretende un acuerdo interno antes de que el enfrentamiento resquebraje al PSOE. Cualquier cosa menos hablar por hablar.