Javier Fernández manifestó que es urgente en España superar el bloqueo político para que las instituciones democráticas funcionen. Si las instituciones son inútiles o se perciben como inútiles pierden su razón de ser. El Presidente del Principado aseguró que hay que reaccionar antes de que sea demasiado tarde y los daños resulten irreparables. Cualquier persona medianamente informada y que no porte las plumas y las pinturas propias de militante de partido político coincidirá con la opinión del secretario general de la FSA. Se puede ser moderado o radical, conservador o socialista, basta con haber seguido el curso de los acontecimientos del presente año para afirmar con rotundidad que el mayor daño que pueden hacer los diputados a España consiste en prolongar la indefinición y el desgobierno con sus vetos y falta de entendimiento cuando los episodios más brillantes de los últimos cuarenta años de la vida pública española están asociados a pactos entre los mismos partidos que hoy se consideran incompatibles. Todo cargo público que contribuya a mantener el bloqueo político daña los intereses generales de España. Y probablemente perjudique los intereses de su partido, cuestión esta que tampoco es desdeñable.
La reflexión del presidente del Principado puede entenderse desde una perspectiva general, válida para todos los partidos. Sin embargo, me atrevo a afirmar que la diana del discurso es Pedro Sánchez. La hoja de ruta desvelada por el líder de los socialistas, el pasado jueves, conduce a las terceras elecciones generales o al pacto con los independentistas. Dos formas distintas de llegar al desastre que sólo se diferencian en el tiempo empleado para recorrer el camino.

Socialistas asturianos de diversas tendencias valoran la prudencia de Javier Fernández y el respeto que muestra por la pluralidad de opiniones. Al empezar septiembre tuve ocasión de escribir, desde estas líneas, que Javier Fernández debería hablar alto y claro antes de acabar el mes. El momento ha llegado. No valen las medias tintas ni el juego de las alusiones veladas. Javier Fernández, como el resto de dirigentes autonómicos, tiene la obligación moral de utilizar todo su poder de persuasión entre la militancia socialista. Si en el Comité Federal no rechazan la hoja de ruta de Pedro Sánchez el capital político del PSOE corre el riesgo de volatizarse. Algo mucho peor que un mal resultado electoral.