Javier Fernández se reunió con el grupo parlamentario del PSOE en el Congreso de los Diputados. Una primera toma de contacto para transmitir el mensaje de la normalidad. Oficialmente, el presidente de la comisión gestora no tiene un calendario cerrado, se desconoce la fecha en que se reunirá con el comité autonómico (los líderes regionales del PSOE) y el día en que se verán las caras nuevamente los miembros del Comité Federal para decidir qué van a votar los diputados ante el segundo intento de investidura de Mariano Rajoy.
El presidente de la comisión gestora quiere “enfriar el magma”. Una intención loable que no va a poder realizar. El calendario electoral no le ayuda, precisamente, al dejarle sólo quince días para armonizar las posturas de unos y otros. Veintiséis diputados tomaron la palabra para hablar de lo único que hay que hablar: el sentido del voto socialista ante la investidura de Rajoy. Casi todos se mostraron favorables a la abstención, aunque no lo dijeron de una forma explícita. ¿Quiere esto decir que la inmensa mayoría del grupo parlamentario está a favor de dejar gobernar al PP? Es evidente que no; los seguidores de Sánchez prefirieron guardar silencio, reservándose para el momento en que toque votar. Por otra parte, la decisión la tendrán que tomar los miembros del Comité Federal, así que para qué enseñar las cartas en reuniones donde no se decide nada. Aun así, Margarita Robles pidió el “no” a Rajoy por coherencia con la estrategia desarrollada por Pedro Sánchez. Margarita Robles hizo un gran trabajo a favor de los “progresistas” en el Consejo General del Poder Judicial, pero dudo que tenga un desempeño tan feliz en las Cortes Generales. Odón Elorza defendió la necesidad de llegar a un gobierno alternativo. Fue un alcalde muy peculiar en San Sebastián, más amigo del nacionalismo radical que de los concejales constitucionalistas. Cuando el Tribunal Supremo ilegalizó a Batasuna, Elorza protestó enérgicamente. Con dirigentes así se ve la deriva ideológica que sufrió el PSOE en los últimos años. Imagino que el gobierno alternativo de Elorza se haría a partir de una alianza en la que participaría Bildu.
Javier Fernández señaló que sea cual sea la decisión que adopten tendrá un coste para el PSOE. En efecto, ahora toca evaluar si hay alguna postura que no suponga un daño severo. Yo no la veo, aunque estoy de acuerdo en que el adelanto electoral sería deletéreo para el PSOE.