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Juan Neira

LARGO DE CAFE

PSOE, NUEVO RUMBO

El debate y votación del Comité Federal del PSOE marca la agenda política española: descartadas las elecciones en fechas prenavideñas. No batiremos el récord mundial de comicios consecutivos en menos de doce meses. Fin de la astracanada. La dirección socialista renuncia a jugar el triste papel de ser el enterrador de legislaturas, con todas las implicaciones que ello hubiera tenido para el propio partido.

Había dudas sobre el desarrollo de la reunión después de lo ocurrido hace tres semanas cuando se debatió la propuesta de Pedro Sánchez de realizar un congreso extraordinario, por vía de urgencia, para mantenerse en el machito. Esta vez no fue una sesión convulsa, con largos recesos para entablar imposibles negociaciones, no hubo insultos ni forcejos, nadie se atrevió a sacar una urna y ponerla detrás de una cortina para que la gente votara por su cuenta, sin censo ni control. Las actuaciones se ajustaron al guion previsto: intervenciones de cuatro minutos y a votar.

El debate fue intenso, como merecía la ocasión. Intervenciones vehementes, sobre todo por parte de los partidarios del ‘no’. Una polémica sin terceras vías, con dos posiciones enfrentadas que tienen un número elevado de adeptos y argumentos conocidos.

Comisión gestora

Ganó la abstención por un número suficiente de votos como para que nadie pueda hablar de empate virtual, dos mitades, etcétera. Hubo 43 sufragios de diferencia entre los abstencionistas y los negacionistas. En la reunión del 1 de octubre, que supuso la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general, la diferencia entre los dos bandos fue de 25 votos. Se amplía la brecha.

Conclusión: triunfo de la comisión gestora, con Javier Fernández como presidente de la misma. No tenían una tarea fácil. Lograr en tres semanas calmar los ánimos, introducir racionalidad en las discusiones, sin renunciar a las múltiples asambleas de las agrupaciones donde los militantes de base expresaron con tanta libertad como rotundidad su opinión sobre la postura del partido ante el candidato Rajoy, no es un balance menor.

La comisión gestora hizo ver a la dirección federal y a los grupos parlamentarios que la abstención es un mal menor y que el rechazo institucional a Rajoy, sin matices, podría dejar en mal lugar al partido y al país.

Los partidarios del ‘no’, que también podemos identificar como los seguidores de Pedro Sánchez, consideran que el PSOE es incompatible con el PP por razones éticas e ideológicas. Alertaron sobre el peligro que supone permitir gobernar a Rajoy, porque a la abstención de la investidura le seguirán más abstenciones parlamentarias cuando se voten los Presupuestos del Estado u otro tipo de leyes.

Sin embargo, desde el bando del ‘no’ nadie abordó con suficiente seriedad el impacto que tendría en la sociedad española una tercera convocatoria electoral, de la que se responsabilizaría al PSOE. Nadie culparía a Podemos o a los nacionalistas de la disolución de la legislatura. Este es el punto esencial para entender que la abstención socialista es un mal menor.

Un partido de gobierno no puede dar la espalda a los electores amparándose en que tiene el aval de las bases. Una dirección responsable no puede lanzar el barco del partido contra los arrecifes de la opinión pública. Hay cosas que pueden hacer los grupos minoritarios o testimoniales, pero que le están vedadas a los partidos de gobierno, porque unos se mueven siempre en las aguas de la oposición y los otros pretenden ser hegemónicos en la sociedad.

Papeleta difícil

Los partidarios del ‘no’ se pertrecharon de argumentos ideológicos y éticos, pero como bien señaló la comisión gestora en los primeros días de su mandato, la cuestión que se dilucida es puramente política, de orden táctico. El bloqueo institucional es frustrante y una nueva convocatoria electoral anticipada dejaría maltrecho al PSOE. Celebrados unos nuevos comicios que colocarían a los socialistas en la frontera de los 70 escaños, ¿volverían los seguidores de Pedro Sánchez a repetir el discurso del ‘no es no’, como orgullosamente anticipaba César Luena? ¿Cuántas veces necesitan los ‘sanchistas’ fracasar en las urnas para comprender que están equivocados?

El Partido Socialista tiene ahora ante sí una difícil papeleta. Tiene que liderar la oposición y colaborar en la gobernabilidad. Toda la política de Podemos irá dirigida contra el PSOE, haciendo ver que PP y PSOE forman una gran coalición. A Pablo Iglesias el PP le preocupa muy poco. Su objetivo es lograr la transferencia de militantes y votantes del PSOE a Podemos. Tras el éxito con IU, ahora llega la oportunidad de un bocado mayor.

En Asturias, tanto Podemos como IU ya han anunciado que la abstención socialista en la investidura de Rajoy tendría consecuencias inevitables en el Principado. Una advertencia que llega cuando se está en los prolegómenos de la negociación presupuestaria. En este asunto hay que ser muy claro. Hasta ahora las desavenencias en la izquierda regional fueron siempre por asuntos relativos a Asturias. Nada que objetar. Ahora bien, si la viabilidad del presupuesto del Principado depende de las abstenciones en el Congreso de los Diputados habrá que preguntarse para qué queremos la bandera de la autonomía.

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por JUAN NEIRA

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