El proyecto de presupuestos del Principado superó el ‘cabo de las tormentas’ de las enmiendas a la totalidad y, ahora, sólo está a la espera de los retoques que le apliquen por la vía de las enmiendas parciales. Javier Fernández hizo equilibrios sobre el alambre con la red bajo sus pies. Ensayó distintas estrategias, sabedor de que al final siempre contaría con Mercedes Fernández para evitar el fracaso. En ningún caso se vería obligado a prorrogar el presupuesto. El PP estaba dispuesto a abstenerse o a votar a favor de las cuentas, según cuáles fueran las preferencias del presidente.
El 1 de Octubre fue la fecha clave para la suerte de las cuentas asturianas. Ese día, domingo para más señas, se produjo la fractura del PSOE, en Madrid, con la dimisión de Pedro Sánchez de la secretaría general y la creación de una gestora presidida por Javier Fernández. Entonces se puso en marcha el segundo intento de investidura de Rajoy, un proceso que estaba detenido a expensas de ver qué bando ganaba la batalla en el Comité Federal socialista. Tanto Rajoy como Fernández jugaron muy bien sus cartas. A ambos les interesa que se fortalezcan los dos partidos, porque un año de multipartidismo ha provocado más daños que beneficios. El diálogo entre los dos líderes ha hecho que Ciudadanos perdiera protagonismo y que Podemos sólo se abra hueco por la vía del enfrentamiento interno, Iglesias ‘versus’ Errejón. Imagino que en la batalla de Cataluña también van a ir juntos. Con todo esto entre manos, es irreal imaginar que Cherines tuviera capacidad para dejar a Javier Fernández sin presupuestos. Un movimiento frívolo en este asunto le hubiera costado el puesto. Con 33 años en cargos institucionales no cabe esperar de Mercedes Fernández que cometiera errores tan mayúsculos. Ahora ya sabemos que lo hizo por Asturias.
En el pleno de las enmiendas a la totalidad, los diputados de Ciudadanos pasaron de la abstención al sí. Ni ellos mismos fueron muy conscientes del cambio. Se sentaron en sus escaños hablando de abstención y se levantaron apoyando el presupuesto. A falta de argumentos sólidos, me inclino a pensar que Fernando Lastra les habrá hecho tantos regates sobre la misma baldosa que fueron incapaces de anunciar lo que votan o de votar lo que dicen. Perdieron la oportunidad de capitalizar la negociación presupuestaria y quedan como un grupo menor que se sube a la alianza PSOE-PP. El Parlamento no es para amateur.