En torno a la renta social se ha organizado el último debate político del año que ha quedado atrás. La aprobación de esa medida ha posibilitado que el Ayuntamiento de Gijón tenga presupuestos para 2017, forzando a posicionarse a todos los grupos políticos de la Corporación municipal y abriendo el camino a una discusión más amplia: ¿hay que reforzar las ayudas sociales en la ciudad y, por ende, en la región?
A través de la abstención, Xixón Sí Puede e IU dieron luz verde a las cuentas locales de Foro, demostrando los complejos que arrastran para tomar decisiones. Los dos partidos de la izquierda tenían un marcado interés en que salieran aprobados los presupuestos, pero se sentían avergonzados ante la eventualidad de votar en el mismo sentido que los concejales de Foro.
Sorprende que un político tan experto, como Aurelio Martín (IU), no optara por asumir los presupuestos más sociales que la memoria recuerda, dejando la paternidad de los mismos para Foro. Yo pensaba que en IU se había superado la fase de los prejuicios ideológicos tras el reiterado apoyo dado en el Ayuntamiento de Oviedo por Roberto Sánchez Ramos, “Rivi”, a los presupuestos del entonces alcalde, Iglesias Caunedo. Se ve que no es así.
A lo mejor es que Caunedo está a la izquierda de Moriyón, como bien razonaba ese pedazo de politólogo que es Jesús Gutiérrez, número dos de la FSA, cuando decía que Foro es “la derecha más extrema”. Le daba corte decir que era la extrema derecha, y cambiaba el orden de las palabras. Hay que ver la de política que se aprende en la universidad del Soma.
El caso de XSP es más llamativo. En el presupuesto se reserva dinero para convertir en empleadas públicas a docenas de trabajadoras del servicio de asistencia a domicilio, lo que les permitirá aumentar su sueldo en cerca del 50% y gozar de un contrato indefinido, e irrompible, añadiría yo. Esa medida, insólita en el municipalismo asturiano, fue fruto de una presión de XSP, como también lo es la renta social.
En vez capitalizar esas bazas asumiendo el presupuesto, decidieron abstenerse por miedo a lo que dijera la asamblea de afiliados y no afiliados. Digo lo de “no afiliados” porque a las asambleas de XSP y Podemos pueden asistir los concejales y militantes del resto de partidos. Cualquier individuo tiene derecho a participar y votar, sin ninguna cortapisa. Ni los anarquistas organizaron semejante sindiós.
TODO CUBIERTO
Para la renta social hay destinados ocho millones de euros. La cantidad está puesta sin basarse en ningún cálculo. La cifra es el resultado de añadir a los 3,5 millones que había en el proyecto de Foro todo el remanente de la Fundación Municipal de Servicios Sociales. Si el remanente fuera, por ejemplo, de 17 millones, la renta social hubiera superado los 20 millones. XSP piensa que todo el dinero debe ir al llamado rescate social, esa es la forma en que entiende la actividad municipal. IU, tanto en Gijón como en Asturias, se siente arrastrada por los planteamientos de Podemos.
La cohesión social siempre fue un rasgo distintivo del Ayuntamiento de Gijón; en ningún otro municipio hay una cobertura tan extensa de las necesidades sociales. En el último mandato se han ampliado los programas sociales de mayores, ayudas de emergencia, alquileres, becas comedor, etcétera, y se han inaugurado otros, como el de pobreza energética. Se puede decir, rotundamente, que en Gijón se cubren todas las demandas que llegan al Ayuntamiento. Es más, se presupuestan recursos que no se gastan, de ahí los remanentes de la Fundación Municipal de Servicios Sociales
Aunque el anuncio de la renta social genera nuevas expectativas es imposible que se ejecuten los ocho millones. Esto lo sabe todo el mundo, gobierno y oposición. El dinero no se puede repartir alegremente, hay que cubrir con rigor los expedientes, se debe acreditar la necesidad de las ayudas, así que pasar de 3,5 millones a 8 millones de gasto es una quimera
AYUDAS
En el pleno del Ayuntamiento, XSP planteó que con la presentación de una declaración responsable, por parte del interesado, se tuviera derecho a cobrar la renta social. Un edil de otro grupo lo tenía aún más claro: para repartir las tarjetas “black” de Bankia no hizo falta presentar ninguna documentación. Si el Ayuntamiento de Gijón copia ese modelo, pasará en poco tiempo de dar ayudas a solicitarlas, como paso previo para quedar intervenido por el Ministerio de Hacienda.
El anuncio de la renta social generará el efecto llamada. Gente sin recursos, que vivan en otros concejos, se trasladarán a vivir a Gijón. Esta respuesta acompaña siempre a las medidas sociales novedosas.
La izquierda gijonesa impone un modo de hacer política que se ha adueñado de Asturias. La izquierda se ha olvidado de las inversiones y de la necesidad de generar empleo duradero para refugiarse en repartir subvenciones. Como consecuencia de la crisis económica, las instituciones ya no presentan proyectos ni conciben nuevas iniciativas. Gobernar, en Asturias, se reduce a coger la recaudación de los impuestos y distribuirla a través de un tejido social ávido de recibir las prebendas del Principado.